Oscar Velit
Bailetti
Especialista Seguridad ciudadana
El día domingo último, que no se encontraba
autorizado ningún movimiento público ni vehicular y que en Chincha ahora sí se vio que cumplió al pie de la
letra las disposiciones decretadas por el gobierno.
Mi señora esposa sufrió una descomposición
total, no hablaba, no podía caminar; nos asustó a todos en casa. La primera
interrogante que surgió hay que llevarla de emergencia al hospital. ¿Pero
cómo?, ya son más de las 17.00 horas y no hay empresa de taxi que atienda.
El temor la angustia ya existente en mi hogar
se acrecentó, la idea nos hacía dudar en que alguien pudiera auxiliarnos, una
ambulancia, los bomberos, etc. Cuando mi hija Ana Luz cogió su celular he hizo
varias llamadas. Y luego me dice que aliste a su mamá que viene en camino un
patrullero de la P.N.P., estos no demoraron casi nada y ya teníamos en la puerta
todo un contingente de efectivos policiales jóvenes quienes nos ayudaron a
subirla a uno de los carros. Y luego raudamente iniciaron el recorrido a
Essalud. Donde la atención también fue inmediata y
rápida; los primeros análisis indicaron que tenía la glucosa demasiada alta,
superando los 500 y a punto de darle un coma diabético, si llegaba unos minutos
después. Agradecemos el esmero en la atención por los señores y señoras que se
encontraban de servicio, y médicos demostrando su profesionalismo y solidaridad,
donde lograron estabilizarla.
Agradezco sobremanera a Dios y a la Santísima
Virgen María por escuchar nuestras oraciones. Y también a los efectivos de la
Policía Nacional y Serenazgo por su apoyo, como signo de consuelo, de aliento y
de esperanza. En ellos vi la bondad de Dios que se acerca mucho a nosotros con
su esmerado trabajo en estos momentos difíciles. Sin miedo, con valentía de
arriesgar con el corazón puro y comprometidos con la sociedad. Y que muchos no
sabemos agradecer y rezar por ellos.
Hagámoslo y veremos que precisamente así tu
vida se ensancha y se ilumina y Dios nos llenará de infinitas sorpresas, porque
la bondad infinita de Dios no se agota jamás.
Gracias señores. Que Dios les bendiga.
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