sábado, 25 de julio de 2015

GLADYS TEJEDA… PERUANA QUE VALE ORO


En un pueblo andino de nuestro querido Perú, un 30 de setiembre de 1,985, nació una niña llamada Gladys Tejeda Pucuhuaranga, en un hogar muy humilde y con una madre que siempre estuvo atenta de su hija, sin pensar que esa niñita fruto de sus entrañas,  iba a asombrar y dar alegría a 30 millones de peruanos.
  Ya en otras competencias nos había premiado con sus triunfos.  Así fue ganándose un espacio en el corazón de los peruanos pero, lo que ha hecho en los Juegos Panamericanos 2,015, realizados en Toronto-Canadá, es algo que nos ha sublimado a todos. Verla en nuestras pantallas, corriendo en un pelotón en el que, sin du- da, habían representantes de muchos países, tal vez mejor alimentadas, debidamente preparadas y con experiencia en esta clase de lides, no nos presagiaba que GLADYS podía llegar entre las primeras pero, ¡estábamos equivocados! Con paso firme y con el deseo de triunfar retratado en su rostro, la vimos separarse del grupo de competidoras y, a cada paso iba distanciándose de ellas pensando sabe Dios en qué cosas pero, seguro que en su mente estaban su Madre y el Perú. El corazón nos latía desordenadamente contemplando la carrera hasta que la vimos en la recta final, asomando con su gana de triunfo retratada en su gesto que quedará guardado en la Historia del deporte nacional.
Loa barra peruana que tuvo la suerte de verla en vivo llegar a la meta, no cesaba de acla-marla  coreando su nombre y el nombre de nuestra Patria. Frente a mi pantalla, yo también gritaba feliz.
Me puse a pensar, como una humilde provinciana, sencilla y sin apoyo, puede hacer Historia en nuestra Patria, a diferencia de tanto sinvergüenza que, con todas las comodidades y altas remuneraciones inmerecidas,  lo único que hacen es avergonzarnos ante el mundo entero.  En este punto, merecen mención especial, nuestros políticos y gobernantes que ahora, se suman ridículamente al coro de adulones que tratan de “ganarse alguito”, con el esfuerzo y el sacrificio de nuestra GLADYS y digo nuestra, porque Gladys es del Perú y ya pertenece a nuestra Historia.
Cabe resaltar el mensaje dado a nuestra juventud cuando dice: “El deporte es disciplina  y voluntad”; contándoles luego que, una vez no pudo ganar porque no tenía zapatillas. Los que vimos la competencia nos sentimos premiados con su agradecimiento cuando nos dijo que: se sentía muy contenta con todos los peruanos que se levantaron muy temprano para verla correr y, si nosotros no estuvimos en Toronto, estábamos viéndola en la pantalla de nuestros televisores.
Ojalá que no se pongan peros para otorgarle los “Laureles deportivos” y darle un trabajo digno que le permita continuar con su carrera deportiva porque Gladys, puede regalarnos muchas satisfacciones más.  ¡Gladys, el Perú es Oro y tú, eres el Perú!
COL. 046




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