sábado, 5 de julio de 2014

YA BASTA DE TANTAS HIPOCRESIAS


No cabe la menor duda, que las verídicas expresiones vertidas por propios y extraños en torno al caótico estado en que se encuentra, actualmente, la provincia de Chincha, se debe exclusivamente a la reprobable incapacidad de algunos ineptos personajes llamados simplemente autoridades.
Acaso, no es cierto que desde hace más de veinte años a la fecha el progreso y el desarrollo de este laborioso territorio se encuentra empantanado, sin que nadie tenga la suficiente entereza y voluntad de servicio para afrontar múltiples problemas que obligan a nuestra población, la misma que soporta estoicamente todo el peso de estas nefastas situaciones.
Sabemos por los medios de comunicación masiva, que estos gobernantes no les importa un bledo las protestas ni las críticas que afloran en estas circunstancias en base a los cargos que cuestionadamente desempeñan y cuando son llevados por sus malas acciones a estamentos superiores; se agencian de pusilánimes letrados que más bien entorpecen la buena marcha de la justicia; en este caso siempre se pregunta tanto poder tiene el dinero para enmarañar los debidos procesos judiciales.
También conocemos a ciencia cierta, que la mayor parte de esta coyuntura, se debe únicamente a la falta de criterios de los propios ciudadanos, que por la carencia de una verdadera madurez electoral ignoran el concepto de lo que significa el vocablo altruismo, además que son neófitos sobre el paradigma que les dejarán a sus descendientes.
A nadie evade que en la actualidad, la viveza criolla se ha adueñado irremediablemente de la conciencia de algunos mandantes que con la consabida verbosidad, pero huérfanos de valores éticos y morales pretenden entornillarse en un suculento cargo, con el único propósito de llenarse los bolsillos ostentando una triste figuración, contando para ello, previas prebendas.
Se ha manifestado hasta el cansancio, que toda reelección huele a corrupción y es sorprendente lo que viene aconteciendo a la fecha, como algunos resbaladizos administradores, que lejos de cumplir a cabalidad las funciones encomendadas, opacan su desempeño entre el fulgor del billete verde, es así como la justicia rueda por los suelos, solamente son sancionados severamente los que tienen como defenderse y van a vivir tras los fríos barrotes de una cárcel.
Por allí, se ha dragoneado que se luchara frontalmente contra las inmoralidades, que a la postre resulta meros cantos de sirenas; por cuanto se vienen cometiendo una colección de arbitraciones, ante inoperancia de genuflexos funcionarios encargados de velar el bienestar de la sufrida sociedad.
Ante el advenimiento de las elecciones regionales y municipales; en esta oportunidad, se espera designar al mayor vecino, confiándole un voto de conciencia y no de conveniencia; que salgan elegidos los verdaderos ciudadanos que quieran trabajar honestamente por este sufrido pueblo hoy sumido en una tremenda desgracia, porque para nadie es novedad, conocer de cerca lo que viene aconteciendo en el país, donde la corrupción y la delincuencia se han institucionalizados y Chincha no escapa de esta realidad.

Juan Manuel Medina Cañas

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