Por: ASIAPLE
Duele escuchar a muchas
personas que dicen “todos los policías
son corruptos”, como si todos llevaran la misma culpa, como si el mal de unos
pocos pudiera borrar el sacrificio de miles que sirvieron y sirven con honor.
Pero la verdad es una sola: la corrupción existe desde hace muchos años,
inclusive desde antes de que hubiéramos nacido y no viste uniforme… la
corrupción nace en el corazón de quien decide hacer lo incorrecto.
Corrupción es el conductor que intenta dar una coima para evitar una
multa.
Es el funcionario que pide “algo para el café” antes de firmar un
documento.
Es el profesor que falta a clase y aun así cobra su sueldo.
Es el médico que exige dinero para atender más rápido en un hospital
público.
Es el empresario que evita pagar impuestos mientras exige seguridad y
obras.
Es el político que promete cambio, pero termina llenando sus bolsillos.
Es el trabajador municipal que cobra por acelerar un trámite.
Es el obrero que registra su asistencia y luego se va a casa. Es el
periodista y/o comunicador social que obtiene una información que afecta a la
ciudadanía y so pretexto de un pago por publicidad lo oculta y así protege al
funcionario.
Es el comerciante que altera los precios y lucra con la necesidad del
pueblo.
Es el ciudadano que compra productos robados y dice: “total, sale más
barato.”
Y también es el que se queda
callado ante una injusticia, por miedo o indiferencia.
Pero no todo está perdido.
Hay buenos peruanos, hombres y mujeres que cada día demuestran que la
honestidad aún existe y que el Perú puede cambiar.
El policía que rechaza la coima y cumple su deber con orgullo.
El maestro que enseña con vocación,
aunque su sueldo sea pequeño.
El médico que atiende con humanidad en un centro de salud rural.
El agricultor que trabaja desde la madrugada para que no falte el pan.
El transportista que respeta las reglas de tránsito.
El joven que devuelve un celular que no era suyo.
La madre que enseña a sus hijos a no mentir, a no robar, a no
aprovecharse de nadie. El periodista y/o comunicador social que rechaza un pago
“bajo la justificación de publicidad” del funcionario y difunde la información
que le confía el honesto ciudadano
Y el policía que patrulla de noche, bajo el frio, la lluvia, con orgullo
y valentía, aunque nadie lo vea.
Ellos son los verdaderos héroes del Perú.
Porque la patria no se construye con palabras, sino con ejemplos.
No se defiende solo con armas, sino con valores.
Y cada acto de honestidad es una victoria contra la corrupción.
Por eso a mis hermanos y hermanas de la Policía Nacional del Perú les
digo:
Que nadie apague el orgullo de vestir este uniforme.
Que nadie manche el honor de los que defendieron y que defienden día a
día con sacrifico y dignidad.
Sigan siendo el escudo que protege, el ejemplo que inspira y la fuerza
que jamás se rinde.
Porque ser policía es más que una
profesión, es un compromiso con el pueblo, un juramento de honor con Dios, y un
orgullo que se lleva en el corazón, recuerda que la Policía Nacional es una
institución que le pertenece a Cristo ...bajo su lema “Dios patria ley y hoy más que tarde o nunca
especialmente los que estamos en situación de retiro, es la oportunidad para demostrar que seguimos queriendo a
nuestra Policía Nacional del Perú. Mi opinión.






0 comentarios:
Publicar un comentario