Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
No está usted para saberlo, pero andaba bien contenta comiendo con unos
ex alumnos, en conocido restaurant de la Riviera, cuando me comentan el suceso:
le han disparado a Trump.
Al regresar a mi casa no pude más que ponerme a leer rápidamente, sobre
lo sucedido y sí, este sábado Donal Trump, eminente candidato republicano para
las próximas elecciones gabachas, había sufrido un intento de atentado con arma
de fuego en un mitin, que dejó dos muertos (incluido el atacante) y a él, con una herida en la oreja derecha, que en su
momento, despertó angustia, pues usted sabe que las heridas en la cabeza son
escandalosas, y al verlo chorrear sangre, más de uno imaginó lo peor.
Al ver el video de lo ocurrido que se viralizó en segundos, no me
sorprende la rapidez y todo el cuerpo de seguridad que trata de resguardar al
candidato para protegerlo en el momento del disparo, lo que sí es
significativo, es que ya analizando todas las escenas que empiezan a emerger
del acto, se puede percatar al atacante en el techo de lo que parece es un
cobertizo, con bastante anticipación y a nadie, le pareció raro y como vimos,
nadie movió un dedo y pasó lo que pasó. No fue solo uno sino varios disparos
los que emitió. Los tres heridos son varones. Entonces, ¿el súper servicio
secreto gringo apá? El tipo que lo atacó estuvo con un rifle a menos de 180
metros del escenario donde ofrecía un discurso el ex mandatario. Y aunque eso
nos daría mucha tela que cortar, realmente la noticia es todo lo que esto
podría ayudar en la campaña a Donald. Pues el infortunado suceso lo colocó en
boca y ojos del mundo, y obvio, lo vimos vulnerable, volvió a ser terrestre,
humano de carne y hueso. Y digan lo que digan eso le ha abonado hartos puntos
en la contienda. Ya sabemos que no es monedita de oro y que todo lo que hace es
cuestionable, pero siempre había estado enfundado en su personaje de invencible
y “todas las puedo” y hoy, nos recordaron que es como cualquiera y que puede
estar a expuesto y ser eliminado más fácilmente de lo imaginable.
Por otro lado, aunque el FBI ha declarado ya que se desconoce la
identidad del atacante y el motivo, este atentado nos debe detener a pensar
que, así como tiene un apoyo muy marcado en un amplio sector de los Estados
Unidos de Norteamérica, pues existe gente que no lo quiere y que es capaz de
cualquier cosa (incluso exponer su vida y su libertad) para erradicarlo. En
cuestión de imagen pública se vea por el ángulo que se vea, el hecho le ha
favorecido. Ya sabe que hay que buscarles siempre, la mejor narrativa a los
sucesos, y si pensamos con la cabeza fría, esto podría dispararlo a la casa
blanca por cuatro años más, aunque la idea para muchos no sea tan apetecible.
Ver a Trump con la cara manchada de sangre y con el puño levantado, será una
imagen icónica que no dejará de estar en las mentes del electorado
estadounidense de aquí a la fecha de la elección. En propaganda política el
marketing y la comunicación de este sector busca a toda costa despertar
emociones a través de los estimulos que percibe el electorado, siendo el
“quiereme” lo más deseado. Y a todo víctima siempre se le quiere y se le
salvaguarda, así que no aviente al tacho mis palabras y sáquelas del cajón
después de 5 de noviembre (que los electores pasen por las urnas en nuestro
vecino país) para corroborar el impacto de lo que le digo con la realidad.
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