Científico Hernando Tavera asegura que se trabaja en un gran proyecto de alerta sísmica a favor de 18 millones de peruanos, pero el país urge de una cultura de prevención.
A días de cumplirse 14 años del
terremoto de Pisco (M8.0), que dejó cerca de 600 muertes, 1 300 heridos, 450
000 damnificados y 48 000 viviendas destruidas, la mayoría de los habitantes de
esa ciudad iqueña y peruanos del resto del país no han aprendido la lección.
Así lo consideró el presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú
(IGP), Hernando Tavera, quien destacó la urgencia de contar con una cultura de
prevención en la población.
El titular del IGP, órgano adscrito al
Ministerio del Ambiente, afirmó que, pese a nuestra historia de sismos y tsunamis,
con muertes y daños, “no somos capaces de ver la realidad de estos desastres y
la res-puesta que está frente a nuestros ojos”.
“Nuestra sociedad ha pasado años
esperando que la ciencia les diga con exactitud la fecha de un próximo
terremoto, lo cual es casi imposible científicamente por ahora, pero si se ha
logrado conocer dónde hay probabilidad de que ocurra un sismo de magnitud”,
manifestó. Una muestra de ello, remarcó, fue en el 2005, cuando el IGP emitió
un informe advirtiendo que frente a Pisco se había acumulado deformación que
daría origen a un sismo de elevada magnitud. “No hubo una adecuada
preparación”, lamentó.
“En Pisco han vuelto a construir
sus viviendas de la misma manera y sobre los mismos suelos, mientras que en el
resto del país se sigue edificando viviendas informales e invadiendo terrenos
no compactos”, alertó.
Subrayó que, en tanto, el IGP no
desmaya en su esfuerzo de seguir haciendo ciencia para protegernos y avanzar.
“Muestra de ello es el proyecto en marcha llamado Sistema de Alerta Sísmica
peruana (SASPe) que permitirá colocar 106 estaciones sísmicas en diez regiones
de la costa, para proteger a 18 millones de peruanos, tarea que debe culminar
en el 2022”, resaltó.
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