Por: Óscar
Velit Bailetti
La violencia destruye
cada día más a nuestro mundo: guerra, revolución, secuestros, asesinatos, el
abuso sexual, físico y emocional de «seres queridos», hijos matan a sus padres,
padres a hijos, amantes se matan o se suicidan … Acusaciones falsas, por
envidia o por venganza…¿Qué nos pasa? Si reflexionamos en nuestro comienzo
violento como raza hu-mana, ¿cómo podemos sorprendernos?
El primer hijo nacido en el mundo, impulsado por la
rebel-día heredada de sus padres, ma-tó a su propio hermano a sangre fría y con
premeditación, y des-de allí, todo vino para abajo. La tierra misma, y toda
especie creada, languidecen bajo los efectos. La Biblia dice que a una
humanidad insistente en su «libertad» y sus «derechos», Dios la dejó a las
consecuencias de su elección: «los entre-gó a una mente reprobada… injusticia,
fornicación, perversidad, avaricia… envidia, homicidios, contiendas, engaños…
injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes…desleales…
sin misericordia.» Dios busca quién se interese por él, pero, «no hay justo, ni
aún uno, sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan … su boca está
llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre…
no conocieroncamino de paz»—y, lo que exlica todo—«No hay temor de Dios delante
de sus ojos.»
El cuadro es sombrío, deprimente, lo mismo si se lee
la Biblia o se oye las noticias de hoy. Pero la Biblia también tiene buenas
noticias. «Toda la creación gime a una… con dolores de parto.» ¡Ah! Dolores de
parto! Aunque agudos, a la vez señalan algo bueno por suceder,
de regocijo, celebración y nueva vida! «El Dios que hizo el mundo y todas las cosas…
ha hecho todo el linaje de los hombres… para que busquen a Dios (que)
ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros… Dios … ahora manda a todos …
que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al
mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con
haberle levantado de los muertos.» Como el problema comenzó con dos individuos
personalmente culpables, aumentó con la violencia personal de su hijo, y sigue
en aumento hoy participado por cada uno de nosotros, así la violencia mundial
sólo puede resolverse persona por persona, individualmente.«Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, mas Jesús cargó en
él el pecado de todos nosotros. «De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su
Hijo único para que todo aquel que confía en él, no perezca, mas tenga vida
eterna.», «Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para
que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia.», «La paga
del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro.» «Si confesaras con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeras en
tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.»
Tú también, amigo lector, en base a estas
declaraciones de la Biblia, puedes ser hija o hijo de Dios. ¿No recibirás a
Cristo por Salvador ahora?. Ora, confiésate, asiste a la Eucaristía. ¡Pidamos
Perdón!.
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