Por (Luis Pachas Mesías)
En estos tiempos modernos en que se ha
incrementado sorprendentemente los vehículos automotores, se hace necesario e
imprescindible también que se tome en cuenta el sistema de arborización,
principalmente, en las ciudades.
Científicamente se conoce que cualquier
vehículo menor o mayor, en pleno funcionamiento por supuesto, emite el mortal
monóxido de carbono (CO2), el mismo que es aprovechado, en su ciclo natural,
por las planchas en general que cogen (absorben o se alimentan) del conocido
carbono para su supervivencia.
Sin embargo, tal parece que aquel
conocimiento tan simple, a nadie le importa, así el municipio que tiene que
velar por el ornato de la ciudad, ni al propio vecino que tiene la dicha de vivir
al frente de unos árboles que se mueren día a día de sed.
De aquí mi modesta sugerencia: si Ud. vecino
estima su propia vida y la de su valiosa familia, eche por favor unas cuantas
“gotitas” de agua a ese pobre y sediento árbol, que poco a poco está perdiendo
la vida; este regadío se hace no solo en época de verano sino todo el año, y no
esperes pues que aquel ser que nos acompaña y nos ha dado Dios, se mueran de
pie como los grandes hombres que han dado su vida por su patria.
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