Scoby un perrito de más o menos 04 años, que es un cruce de
un pitbull con dálmata, se había convertido en un gran guardián de los
comerciantes de la segunda cuadra de la calle Chachapoyas por la Parada de Chincha
Alta, pero como era el enemigo de los que incursionan en actos delictivos,
murió al ser asesinado con un cuchillo, mientras descansaba la tarde del
jueves por el lugar donde acostumbraba
cuidar.
Los esfuerzos de su dueño como de los vecinos y comerciantes, no se hicieron
esperar y corrieron a hacer esfuerzos por salvarle la vida y solicitaron la
atención de un profesional del ramo, de Chincha, quien en forma inmediata lo sometió a una intervención quirúrgica,
Fue una herida profunda producida con un arma blanca al
parecer cuchillo que le había comprometido
todo lo que es vena, riñones y colon. El médico veterinario se empeñó en
salvarle la vida, se le controló toda la hemorragia, pero su vida a partir de
este momento, solo le duró unas 4 horas, murió ante los sollozos de los vecinos
que los querían mucho.
Ese mismo día, tanto era el cariño que le tenían que lo
velaron, le hacían rezos y se apresuraron a contratar una banda de músicos para
el ´velorio´ y con esa banda lo llevaron a enterrar, como si fuera un ser
humano. Tenían intenciones de hacer su tumba en la misma Parada, pero al
iniciar los trabajos se encontraron que el suelo estaba bien duro, procediendo
a enterrarlo en otro lugar, donde los vecinos le prepararon una artesanal
lápida como recuerdo del gran guardián que murió como “héroe”.
No se sabe quién
cometió esta censurable actitud, que no tuvo consideración que a un animal se
le quiere, se le debe cuidar.
En otros lugares envidiable atención a las mascotas
Scoby murió a mano de un extraño, el mismo día jueves tres
de octubre, en que el mundo católico veneraba y recordaba a San Francisco de
Asis, el Patrón de los animales y Ecologistas.
Qué dureza, manifiestan los vecinos de la zona, al matar a
scoby, el perrito que era guardián o era guachimán de la segunda cuadra de la
calle Chachapoyas, “era tan noble, tan bueno que hemos tratado salvarle la
vida”, sostiene un comerciante, que agrega que “hay personas que prácticamente
no lo podían ver, era el can de confianza, animalito que era fiel a su dueño y
todos los vecinos los querían como un hijo, era el enemigo de quienes querían
robar y era fiel”, “eso era su don que Dios le había dado para despistar estos
tipos de atracos y robos en el sector de Chacha-poyas” manifiesta una anciana.
En otras partes del país y sin ir muy lejos en Lima, hay
crematorio, como el “Crematorio Cenizas del sol” donde los dueños de mascotas
muertos llevan a sus canes u otros animales a cremar y se les atiende siempre y
cuando lleven la certificación de un médico veterinario. Crematorios donde los
dueños de los animalitos fallecidos reclaman sus cenizas y se les entrega en un
cofre. Hay también en Lima, el bosque de los amigos, que es un cementerio de
mascotas, tal es la resultante de un merecedor cariño hacia los animales.
¡Cuidemos las mascotas!, los canes que vemos a cada momento por las calles
o cuando sus dueños los sacan a pasear
como “chiqui” o ´´ tracy” cuidan los hogares.
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