miércoles, 7 de agosto de 2013

Chincha debe ser gobernada por una Mujer perseverante


Tal como se aprecia, actualmente, el panorama político en la provincia de Chincha, tenemos que analizar concienzudamente esta situación ya que a tantos acidulados comentarios que ponen en tela de juicio la inoperancia de nuestras autoridades, ya que desdicen mucho de su capacidad moral para resolver los álgidos problemas que agobian está abandonada jurisdicción con las consiguientes protestas de los  ciudadanos.
Este estado de desbarajustes comienza desde cuando los gobernantes comenzaron a recibir jugosas remuneraciones por el cargo que desempeñaban, en este caso el gobierno edil, hoy muy distinto a los alcaldes que laboraban por amor a su pueblo y que más bien buscaban el progreso del mismo.
Mucho sabemos que a partir de las décadas del noventa del siglo pasado a la fecha, se han suscitado una serie de procesos bochornosos, que por cierto han llegado al extremo de dudar de la honestidad de algunos funcionarios públicos que a la postre se manifiesta que mejor sería que una respetable dama nos gobierne, antes que un hombre que más le interesa velar por sus propios intereses.
Así vemos como en la actualidad vienen administrados en algunos distritos loables alcaldesas que su delicada función es aplaudida por propios y extraños; está el caso de la alcaldesa del distrito de Pueblo Nuevo Sra. Mariella Ormeño de Peña, del distrito de Larán Dra. Ana Soteccani Altamirano y la Sra. Anamelba Ramírez del distrito de Tambo de Mora.
Aquí, en el distrito de Chincha Alta, capital de la provincia de Chincha, tuvimos una honorable dama como fue la Sra. Guiseppina Tasso de Rodríguez, que con mucho acierto, como alcaldesa veló por el bien de esta provincia.
Por eso se alerta, que en las próximas elecciones municipales, llegue a ocupar el sillón consistorial una mujer intrépida que sepa enrumbar la nave el municipio local tan vapuleado en estos últimos tiempos, que prácticamente está siendo hartamente criticado a diestra y siniestra, ya que solamente se ha ocupado de fomentar la burocracia dorada y parasitaria, de estar en connubio con las empresas ejecutoras de obras, de llenarles los bolsillos a una serie de asalariados llamados simplemente comunicadores sociales o periodistas para que le floreen su alicaída gestión municipal.
En Chincha, hay suficientes mujeres capaces de desempeñar la administración del municipio; así tenemos a la propia alcaldesa del distrito de pueblo Nuevo Sra. Mariella Ormeño de Peña, la Lic. Norma Pérez de Napa, la Prof. Sabina Cár-denas Canales y otros nombres que escapan de la mente que muy bien podrían acabar con ese flagelo llamado corrupción.
Siempre y cuando se agencien de buenos ciudadanos conocedores del ramo llamados consejeros, asesores y analistas que muy bien la podrían ayudar en esta riesgosa gestión y no rodearse de elementos nocivos que más bien van a entorpecer la marcha municipal con fines protervos.
En tal virtud Chincha debe ser gobernada por una mujer premunida de sanos principios morales y no por un hombre estigmatizado por sus malas mañas.

Estamos. 
Manuel Medina Cañas 

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