miércoles, 21 de marzo de 2012

¿NOS PERTENECE LA CIUDAD?
Por: Oscar Velit Bailetti.- Especialista en Seguridad Ciudadana.


Es inevitablemente humano sentir miedo, cuando vemos que la delincuencia se apodera de nuestra ciudad y nos roba cada día más, la poca tranquilidad que aún tenemos para caminar por las calles o viajar en un vehículo sin que nada nos pase.
Un día son la delincuencia en motos lineales; otro día con un escrito amenazante; o también las llamadas o mensajes de texto al teléfono celular, en los cuales exigen dinero a cambio de no atentar contra la vida del destinatario o de su familia. ¿En qué ciudad vivimos? ¿Por qué la delincuencia y los criminales ganan cada día más terreno en esta ciudad? Las personas mayores confiesan que nunca antes se ha vivido esta situación de inseguridad en Chincha  ni este nivel de violencia delincuencial. Lo cierto es que los asaltos y robos están a la orden del día y nadie entiende cómo es que estos delincuentes están enterados del movimiento de empresarios o personas que realizan operaciones en las agencias bancarias, para asestar un golpe certero y dejar con las manos vacías a sus víctimas. Y, como se dice popularmente, es-tán en todas o tienen gente ubicada en puntos estratégicos, supuestamente cumpliendo un trabajo honesto, pero que en realidad son campanas y cóm-plices de los delincuentes. Solo así se explica que hayan dado en el blanco al asaltar al señor Javier Chávez y su señora esposa, a quienes despojaron una buena suma de dinero a la salida de un conocido banco. Y a manera de amedrentamiento le descerrajaron un tiro en el faro de su vehículo.
Pero no solo son asaltos, robos, extorsiones y crímenes. También están los depravados que bajo la fachada de mototaxistas, motociclistas y hasta taxistas, violan a mujeres que inocentemente toman un servicio de transporte. Nuestras calles están llenas de inseguridad y de personas que muchas veces no son lo que parecen ser. Lamentablemente, solo nos queda cuidarnos, porque hasta ahora las fuerzas del orden y las autoridades vinculadas a la seguridad ciudadana, no son capaces de ponerle un pare a esta preocupante situación y poner en su lugar a tanto delincuente y depravado que anda suelto en busca de su próxima víctima.
Delincuentes, raterillos, ladrones y criminales, roban casas, vehículos y negocios para empeñar los artículos o venderlos a desmanteladoras y autopartes hechizas. No hay legislación para sancionar la compra de bienes robados, ni supervisión en casas de “reciclaje”.  La proliferación de casas de “reciclaje”, desmanteladoras y chatarreras ha servido para que delincuentes puedan rápidamente deshacerse de las mercancías robadas, y evitar ser detenidos por las autoridades. En el caso de las chatarreras hay que seguir pidiendo a nuestros congresistas para que modifiquen el robo simple y lo delimiten grave, porque roban hasta las instalaciones municipales como alcantarillas y cableado de alumbrado público. Ahora se llevan hasta los focos ahorradores de los templos y de las viviendas. Lo que me recuerda como lo hacían antes, utilizando un tarro de nescafè desenroscaban los focos de los postes de alumbrado público. De manera reactiva más que preventiva, las autoridades municipales y estatales deben emprender operativos simultáneos que terminen con varias desmanteladoras, incluso denunciando a los comerciantes que están relacionados con el 90 por ciento de los delitos de robo de  autopartes de vehículos. Y aparatos electrodomésticos. Información proporcionada por los propios agentes de la policía  indica la complicidad de estos establecimientos que adquieren los productos de manera ilícita para rematarlos en partes o como chatarra, “hace falta una regulación y legislación para evitar el delito, supuestamente existe una regulación pero sólo está legislando la compra, la cual está a la credibilidad de los chatarreros, no hay una restricción, hacen falta más operativos sorpresas a las chatarrera , hay que trabajar en la prevención, principalmente en la noche, que es cuando más se mueven. Los ladrones empeñan rápido la mercancía robada para no ser detenidos con lo hurtado. Y en caso que la autoridad encontrase artículos robados en estos comercios, la sanción es sólo administrativa. Reciben los productos y difícilmente se atrapa al responsable, prácticamente se está lavando de todo.  Pero sólo atacando a estos comercios que compran robado, podrán inhibir la comisión del delito, pues aun cuando adquirir artículos robados no es delito grave, sí existen sanciones administrativas e incluso se puede cerrar el comercio. Que sigue el robo de cableado, de cobre, de tuberías, porque hay compradores, llámese chatarreras u otros, no certifican el origen del producto.  O sea que resulta un negociazo y no hay control, nadie las supervisa… la delincuencia anda suelta y no tiene freno. Se han adueñado de varias calles.
Edición miércoles 21

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