INS advierte sobre el peligro invisible del mercurio en hospitales y capacita a equipos de emergencia para proteger a pacientes y personal
El Instituto Nacional de Salud
(INS) advierte a la población sobre los riesgos que genera la exposición al
mercurio por la rotura de los termómetros tradicionales y recuerda la
importancia de adoptar medidas de prevención en el hogar, centros educativos y
lugares de trabajo.
El mercurio es un metal pesado
altamente tóxico que puede dañar el sistema nervioso central, los riñones, el
corazón y los pulmones. En hospitales, el riesgo de exposición es alto debido a
la manipulación constante de termómetros, ya que siempre terminan rompiéndose.
Cuando un termómetro se rompe, el
mercurio líquido libera vapores que, al ser inhalados, pueden generar síntomas como dolor de cabeza,
problemas respiratorios y alteraciones neurológicas a largo plazo. Además,
persiste en el ambiente y contamina el suelo y el agua, representando un riesgo
para la salud de las personas.
Con el objetivo de generar
evidencia científica y fortalecer las capacidades del personal de salud, el
INS, a través del Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Ambiente
para la Salud (CENSOPAS), desarrolló el evento técnico–científico “Presencia de
mercurio en el aire interior de ambientes hospitalarios”, a cargo de la Químico
Saida Poma Albino.
La jornada reunió a profesionales
de instituciones públicas y privadas, investigadores y académicos, quienes
analizaron el impacto del mercurio en la seguridad hospitalaria, y el INS
brindó recomendaciones sobre los riesgos de exposición al mercurio en ambientes
hospitalarios y viene fortaleciendo las capacidades del personal de salud para
prevenir daños a pacientes, trabajadores y visitantes.
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) considera al mercurio como una de las diez sustancias químicas de mayor
preocupación para la salud pública. Sus vapores son inodoros e incoloros, y sus
partículas pueden introducirse en grietas, adherirse a materiales porosos o
desplazarse por el polvo y el drenaje, lo que dificulta su eliminación.
Incluso, puede transformarse en metilmercurio, una forma más tóxica que ingresa
al organismo a través del consumo de pescados contaminados.
Si se rompe un termómetro, no tocar
el mercurio con las manos, no barrer ni aspirar las bolitas de mercurio, ya que
se dispersan y contaminan el aire.
Ventilar el ambiente de inmediato,
abriendo puertas y ventanas, usar guantes y mascarilla antes de manipular el
material.
Recoger el mercurio con un gotero, jeringa,
cartón rígido o cinta adhesiva y colocarlo en un frasco de vidrio con tapa
hermética o bolsa ziplock, rotulándolo previamente.
Llevar el frasco a un punto de
acopio seguro para residuos peligrosos, según las indicaciones de las
autoridades de salud, no arrojar el mercurio a la basura, desagüe o al suelo.
El INS impulsa acciones de
vigilancia, investigación y sensibilización para promover entornos
hospitalarios más seguros y saludables y exhorta a los establecimientos de
salud a implementar protocolos de manejo ante incidentes por rotura de
termómetros, capacitar al personal en el recojo y disposición segura de
residuos con mercurio, garantizar la disposición final adecuada de dichos
residuos, y promover la eliminación progresiva de dispositivos con mercurio y
reemplazarlos por alternativas seguras y sostenibles.
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