Por: Víctor Campos Ñique
El reconocido escritor peruano,
autor del famoso libro “En octubre no hay milagros”, Oswaldo Reynoso, solía
manifestar que un buen texto es aquel que te emociona y el gran lingüista Luis
Jaime Cisneros expresaba que será un buen libro el que te deje más preguntas
que respuestas.
Estas afirmaciones de dos insignes intelectuales peruanos son
perfectamente aplicables al libro “Jauría” (Tusquets Editores, 2025) de la
periodista y escritora Patricia Del Río.
En la contraportada se lee “La última habitante de un pueblo de los Andes
nos narra su vida --- que es la de todos los miembros de su comunidad y la de
ninguno a la vez --- a través de la historia de diez perros que quedaron bajo
su cuidado. Víctimas del conflicto armado interno que destrozó sus vidas,
atrapados entre los ataques terroristas y el abuso de las fuerzas del orden,
los muertos, los desaparecidos, son convocados en esta especie de réquiem o
misa de cuerpo ausente que es Jauría.”
Desde el inicio, desde las primeras páginas uno queda cautivado no sólo
por el tipo de narración, sino también por la forma del empleo del lenguaje,
por la manera en que se usan las palabras, que le confieren al relato la idea
de estar frente a una persona de la zona andina.
Cada historia es acompañada con una imagen, con una nota periodística,
con un dibujo o simplemente con un texto que refuerza y complementa lo narrado.
El libro me conmovió de forma muy particular por varias razones, entre
ellas, porque tengo una mascota a quien quiero mucho. Otra razón es porque como
profesor laboré en un distrito de la zona andina de la provincia de Chincha, el
lugar lleva el nombre de San Pedro de
Huacarpana, donde también llegó la furia terrorista y de cuyas circunstancias
se cuentan una serie de historias. Curiosamente el nombre de uno de los
personajes del libro es casi homónimo de un alumno que tuve en esta
jurisdicción.
El libro me interpela en la medida en que me hace repensar sobre los
perros y la vida que tienen que padecer, sufrir o llevar en contextos incluso
más duros que los de un ser humano. Además, solemos pasar inadvertida varias
señales que nuestras mascotas nos revelan y que podrían servir de lección, pero
somos ciegos, sordos y mudos ante gestos tan expresivos de estos animalitos.
“Jauría” es un libro que me deja una serie de preguntas como lo hizo en
su momento “Sabiduría” de la serie “Pájaro pinto” del escritor peruano nacido
en Nasca, en Coyungo para mayores señales, Gregorio Martínez Navarro, publicado
por la editorial “PEISA”. El libro de Patricia Del Río debiera ser lectura
obligatoria en muchos colegios de nuestro país e incluso ser parte del Plan
Lector en innumerables instituciones educativas, especialmente del interior de
nuestra patria. Es un libro que conectaría muy bien con niños y jóvenes,
quienes son tan sensibles con las mascotas y los animales en general.
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