Cuando nuestros hijos escuchan que un compañero de clases tiene cáncer puede sentirse confundido, con muchas preguntas, incapaz de procesar lo que está ocurriendo. Como adultos y padres, nuestro papel es ser guías en este momento difícil, ayudándoles a entender lo que sucede sin generarnos miedo innecesario.
Los niños, en
muchas ocasiones, pueden no tener la capacidad de entender los detalles de esta
enfermedad. Por eso, lo recomendable es, evitar usar términos médicos complejos
que puedan generar más confusión. En lugar de decir “el cáncer afecta a las
células y tejidos del cuerpo”, opta por algo más simple como “el cáncer se genera
porque hay partes internas del cuerpo que empiezan a crecer descontroladamente
y se transforman en bultos dañinos para el cuerpo”.
Las palabras
como “muerte” o “tratamiento doloroso” pueden ser fuertes, sobre todo para
niños pequeños. En lugar de profundizar en lo negativo, enfócate en los
aspectos que generen esperanza. Puedes decirle: “Muchos adultos están cui-dando
de él, como sus padres y los médicos. Todos están haciendo lo mejor para
ayudarlo a sentirse mejor y darle el apoyo que necesita”.
Por otro lado,
es recomendable evitar hablar sobre el “peligro” de la enfermedad de manera
dramática. En lugar de eso, enfócate en los aspectos positivos del tratamiento:
“A veces, los tratamientos pueden ser difíciles, pero los médicos saben lo que
están haciendo, y hay muchas personas que se curan y se sienten mucho mejor
después de pasar por ellos.”
Hablar de cáncer
con un niño requiere ser sensible y empático, adaptando la información a su
edad. A través de la comunicación abierta y explicaciones claras, el niño puede
comprender la situación, apoyando a sus amigos con gestos amables como cartas o
dibujos, mientras se transmite esperanza y comprensión. Además, es fundamental
indicarle que su compañero no está solo en este proceso y que su apoyo puede
marcar la diferencia.
Si el niño hace
preguntas difíciles, como el pronóstico de su amigo o los tratamientos médicos,
y no tienes la respuesta, es válido admitirlo con tranquilidad: «No lo sé, pero
podemos averiguarlo juntos; Lo importante es que los médicos están haciendo
todo lo posible para ayudarle a mejorar». Esto no solo evita la desinformación,
sino que también le enseña que está bien no tener, siempre, todas las
respuestas.
«Uno de los
aspectos más importantes cuando se habla con niños sobre el cáncer es
transmitir un mensaje de esperanza. Aunque el cáncer es una enfermedad seria,
muchos niños se sienten más tranquilos cuando entienden que existen
tratamientos efectivos y que la recuperación es posible. No es necesario
ofrecer promesas falsas, pero sí es importante recalcar que hay un equipo de
médicos y expertos trabajando
para ayudar a la
persona enferma.» comenta María del Carmen Velandres, ex Enfermera Jefe de Oncología Pediátrica en
el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), actual Gerente de
Casa Magia, de la Asociación de Voluntarias por los niños con cáncer Magia.
También, podrías
decirle a tu hijo: “Aunque esta enfermedad es difícil, muchos niños con cáncer
se curan y viven felices después de pasar por el tratamiento. Lo más importante
es que tu compañero tiene muchas personas que lo quieren y lo a-poyan, y está
recibiendo la ayuda que necesita para sentirse mejor.”
«La forma en que
manejamos estas conversaciones también deja una huella en cómo los niños
perciben temas de salud, enfermedad y empatía. Por lo tanto, es esencial tratar
este tipo de conversaciones con cuidado, amor y una actitud positiva» Indica la
especialista de Casa Magia.
CONOCE MÁS DE
MAGIA
Magia –
Asociación de Voluntarias por los Niños con Cáncer tiene como propósito que
ningún niño con cáncer se quede sin tratamiento por falta de recursos
económicos.
Para conocer más
información sobre la labor de Magia puede ingresar a la página web
www.lamagiacuraelcancer.com y donar vía Yape al número 946 493 104.
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