Por: Ed. Dr. Claudia Viveros
Lorenzo
El 23 de abril se celebró el
día del libro y al enterarme me saltó la pregunta de cuántos lo saben, y mucho
más importante, cuántos realmente se regalan la experiencia de tener y leer
libros. Por desgracia cada vez menos. A
mí que me toca estar en la aulas universitarias y de posgrado, con pena,
observo que el hábito de la lectura esta escaso. Todo el mundo está mermado por
la tecnología. Veo niños con costosos smartphones, pero sin libros en su casa y
lo que es mucho más alarmante, sin ningún modelo a seguir. Leí por ahí que los
Millenials eran una generación de lectores, pero me cuesta creerlo. Y si lo
son, no sé de qué tan buena calidad sea su lectura. Pues cuando interrogo a
alguno de mis alumnos sobre literatura clásica, o sobre algún autor Premio Nobel,
no saben responder, y es una tristeza enorme que, solo por encargo y a la
fuerza es que los haces leer.
Tengo la fortuna de haber
tenido un padre que fue un gran lector, lo que hizo que de forma muy cercana
tuviera el acceso desde muy pequeña a libros dentro de casa. Recuerdo haber
leído a Maksim Gorki en mi temprana adolescencia y descubrir a partir de este
Premio Nobel, con su novela “La madre” la literatura rusa, o qué decir de la
literatura hispanoamericana con García Márquez o Mario Vargas Llosa, o perderme
en cuentos japoneses como los de Junichiro Tanizaki. Obra artística. Arte que
me hacía viajar, sentir, reflexionar y conocer mundos lejanos.
Leer es un ejercicio mental
tan completo que ayuda en todos los sentidos. Estamos persiguiendo emanar en
las nuevas generaciones pensamiento crítico, pero que difícil es, ante una
generación tan lejana, tan montada en lo desechable, tan fría. Y no quiero con
esto decir que la tecnología sea mala, porque claro que no lo es. Pero esta
sobrada información que nos mantiene cada vez más desinformados, esta
saturación de contenidos, nos enloquece y no nos permite maravillarnos con lo
selecto.
Yo sé que la producción no
para, y que hay un montón de autores nuevos que están en la lucha por
sobresalir, pero no podemos dejar de lado a quienes sembraron el camino y son
por algo clásicos imperdibles. No me alejo tampoco de leer de vez en cuando lo
que está de moda, pero muchas veces por desgracia, esto, está todavía falto de
sustancia. Un iPhone 14 está casi en los 25 mil pesos. Se imagina cuántos
libros podría comprarse con ese monto. O si no deseamos aglomerar físicamente y
hasta adoptar posiciones ambientalistas para reducir la tala de árboles para la
creación de papel y optar por lo digital. Se imagina teniendo una herramienta
como Tablet o computadora, cuántos libros digitales pudiéramos adquirir.
Empecemos por nosotros para
que en base al ejemplo los demás lo hagan. Que en casa no hagan falta las
opciones. Lea, lea, lea. Jamás se arrepentirá.
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
Sígame en mis redes:
Facebook: Claudia Viveros
Lorenzo
Twitter: @clauss77
Linkendl: Claudia Viveros
Lorenzo.
0 comentarios:
Publicar un comentario