El domingo
último, al promediar las 2 y 30 de la tarde, en un encuentro futbolístico,
disputado entre los clubes Deportivo José Olaya, vs. Santos Yunior, en el estadio
municipal de Cruz Blanca en Chincha Alta, un adolescente de 16 años de nombre
Juan S integrante del primer cuadro mencionado, sufrió una brusca caída en el
campo deportivo luego de disputar una pelota aérea con su adversario
ocasional.
A consecuencia de ello, el adolescente quedó tendido
en el campo, con dificultad para movilizarse, situación, según sus compañeros,
que no fue considerada por el árbitro principal del cotejo, ni tampoco por el
juez de línea, ordenando más bien a los camilleros a que ingresen para que
retiren al jugador lesionado y continuar así con el juego, no considerando la
posible gravedad del caso, optándose por trasladarlo a un cercano centro de
salud.
Lo censurable es que en estas situaciones de
emergencia lo que se debe hacer es que la dirigencia deportiva debe contar con
paramédicos, ambulancia como medida de prevención, una camilla rígida y sobre
todo patrulla policial como resguardo ante cualquier alteración pública.
Sin embargo, personal médico que atendieron al joven
deportista diagnosticaron que la persona golpeada presentaba una severa lesión
con desviación a la cadera, con afectación a la pelvis y también a la
columna.
Todo por no aplicar una atención médica correcta, ya
que a una persona accidentada como en este caso, se le debe movilizar con sumo
cuidado. L.P.M.
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