Lo de nunca acabar hoy 24 de mayo
nuevamente se volvió a inundar la calle Ayacucho, Pisco y Chavín, así como
también parte de la Av. Massaro en Chincha.
Esta desagradable ocurrencia,
sucedió aproximadamente a las 10 de la mañana, y causó -como es natural-
bastante malestar a los moradores de las sindicadas vías, al punto que dejaron
entrever abiertamente su repudio a la empresa prestadora del servicio de agua,
a quien en reiteradas ocasiones se le ha hecho saber por diferentes medios
televisivos, radiales y escritos (salvo algunas excepciones que no sabemos
porque.
Ante esta desesperante situación que no solo viene perjudicando a los lugareños de dichas vías, sino también a muchos transeúntes que caminan por esa zona, una señora de nombre Jessica decidió apersonarse de inmediato a la cuestionada empresa Semapach, donde entabló conversaciones con el señor Mina a fin de mencio-narle lo que estaba sucediendo en la calle Ayacucho.
La señora comentó que el trabajador
de la empresa prometió que en el acto, los trabajadores a su cargo irían a
solucionar las posibles tuberías colapsadas, y así lo hizo en el término de
unos 20 minutos y ahora lo que se espera es que este problema no vuelva a
suceder, tal como ha ocurrido unas tantas veces.
Cuidados señores de Semapach si este ansiado y apre-miante trabajo no se ha hecho con la mayor seguridad esto puede traer graves consecuencias, ya que por el lugar nos referimos a la calle Ayacucho circulan una serie de vehículos cuyos conductores por no toparse con las hoyadas llenas de aguas pestilentes, desvían brus-camente sus unidades vehiculares hacia la vereda contigua, maniobra que puede causar –Dios no lo permita- muerte segura a una determinada persona inocente que transite por la peligrosa zona, maltrecha por el discurrir permanente del maloliente líquido, el cual de paso puede causar múltiples enfermedades como la que estamos viviendo actualmente.
Vuelta la tranquilidad por el
momento, los moradores de esas zonas extienden su agradecimiento al señor Apolaya
quien por propia voluntad y medio económico adquirió una tapa de buzon nueva
para cubrir la que ya se había deteriorado y
permanecía abierto. L. P. M.
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