lunes, 11 de abril de 2022

REQUIEM PARA UN NOTABLE PERIODISTA

 




Por: Alfredo Pachas

Hoy 11 de abril se cumple un año de la partida al empíreo de uno de los mejores y últimos de una gran generación de periodistas chinchanos. La muerte de Abraham Quispe nos hace meditar que el real cacumen no abunda tan frecuentemente. El poseía un caletre extraordinario. Siempre veraz, certero y objetivo en sus escritos y dispuesto a subvenir a quien buscara justicia. Jamás utilizó el résped en sus líneas, aunque muy espinoso con las autoridades de turno locales nunca generó en ellos tirria.

Andando el crono recuerdo. - cuando aún era joven y empezaba la secundaria. - que en cierta ocasión un hermano suyo, Juan Quispe (+) que en esa época era regidor por la Municipalidad de la Victoria trató de persuadir a un policía para que no aplicara una sanción a mi padre. - que conducía un camión y nos llevaba a la playa de Tambo de Mora. - por cometer una infracción de tránsito. Abraham, que ya era un joven periodista, criticó éste hecho en su diario, le dio su “chiquita “. - aunque con cierta diplomacia y sutileza. -  y censuró con dureza a su hermano mayor. Siempre se mantuvo fiel a su oficio de ver y pensar por su cuenta de forma independiente. Su noble oficio lo llevaba en la sangre y lo recuerdo vagamente tecleando sus carillas en su antigua y vetusta máquina de escribir Olivetti   o usando el linotipo o los rodillos entintados para la impresión de su diario.

En mis no pocas conversaciones muy divertidas, cierta vez me preguntó … ¿Si tienes instrucción, te gusta leer, pensar, escribir y tienes opinión propia por qué no te lanzas a la política...? Solo atiné a esbozar una sonrisa y le dije, que, aunque nunca es tarde, ya estoy “viejo” para eso y solo espero la muerte. Me miró sorprendido y soltó una hilaridad.

Que estas líneas sean para honrar a un excelente periodista, mejor persona, humilde, sencillo que rehuía de las copichuelas, por el contrario, nunca mostró interés por el protagonismo. Siempre pendiente de los demás ayudando a muchos practicantes en su periplo por el periodismo. Con su pluma aportó a cambiar muchas cosas. Sin duda un gran padre, buen esposo, en suma, un periodista ejemplar. Si bien. - como lo expresó el sacerdote español Gibarían. - la muerte no es el final, la desaparición de un ser querido nos duele en el alma, estoy seguro que desde el edén está feliz porque el diario que fundó sigue vigente bajo la conducción de sus hijos. Al recordarlo, a un año de su partida, y aún con el desconsuelo de no haberlo visitado en los últimos meses antes de su muerte comparto éste sentido homenaje y hoy en su réquiem las campanas van a tañer por él.

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