Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Qué difícil es ponerse en acción. Deseamos y
deseamos, pero muchas veces poco accionamos y luego nos quejamos del porqué no
pasan las cosas. Pero es que la procrastinación es un hábito muy recurrente y
ancladísimo en nuestro cerebro. La palabra viene del latín procrastinare: pro,
adelante, y crastinus, mañana, postergación o posposición es la acción o hábito
de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por
otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo o pereza a afrontarlas.
Esto la mayor parte de las veces no es
asunto de holgazanería, sino de un mal manejo de las emociones. Todos hemos
alguna vez postergado alguna tarea importante y la hemos cambiado por algo que
nos haga sentir inmediata satisfacción sin mucho esfuerzo. Pero no nos damos
cuenta que al hacer-lo incurrimos en un daño a nosotros mismos, porque al final,
nos quedamos con un sentimiento de culpa atroz, pues tenemos consciencia de que
estamos evadiendo una acción y al hacerlo estamos incurriendo en algo indebido.
Pero ojo, me detengo a recalcar que esto no es cuestión de flojera, sino un
estado de ánimo negativo como puede ser: la ansiedad, inseguridad, frustración,
resentimiento. No es cuestión de gestión de tiempo. En un estudio del 2013, Pychyl
y Sirois, descubrieron que la procrastinación puede ser entendida “como la
primacía de la reparación del estado de ánimo a corto plazo, por encima del
objetivo de las acciones planeadas a un plazo más largo”. Aquí algo muy importante
a considerar, es que el alivio que sentimos cuando procrastinamos, es lo que
realmente hace muy vicioso el circulo y lo hace un hábito crónico, pero esto a
la larga genera estrés, angustia general psicológica, síntomas de depresión y
baja satisfacción con nuestra vida.
¿Entonces cómo logramos el cambio? Autores
como Brewer nos dicen que tenemos que dar-le a nuestro cerebro una “Mejor y Más
Grande Oferta” y esa solución debe venir de forma interna. Algunos dicen que cuando
la señal de procrastinar llega a nuestro cerebro no debemos darle cabida por
más de 5 segundos y en ese momento traer a nuestra cabeza, todo lo bueno que
conseguiremos al realizar la tarea.
Es un hecho que estar en movimiento y
continua acción es lo mejor que podemos regalarle a nuestro cuerpo, para que
este a su vez produzca todas las sustancias necesarias que eleven nuestros
mejores estados de ánimos. Me gustaría que viniera en usted hoy la reflexión de
todo lo bueno que conseguirá si se para de ese sillón y comienza desde hoy a
hacer. Ordénese, cómprese una agenda, trate de seguirla, pero sobre todo y antes
de ver una lista interminable de tareas que podrían provocarle temor, piense y
repiense en todos los beneficios que obtendrá y sobre todo en la felicidad que
le provocara sentirse tan productivo y realizado en muchas de las metas que se
planteé.
Comentarios:
draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
Sígame en mis redes:
Facebook: Claudia Viveros Lorenzo
Twitter: @clauss77
Linkendl: Claudia Viveros Lorenzo.
0 comentarios:
Publicar un comentario