Por: Dra. Claudia Viveros Lorenzo
Adaptarse
o morir, adaptarse o ganar es lo mejor. El proceso de adaptación te apertura al
reconocimiento y al aprendizaje. Todo esto debe estar basado en procesos de
comunicación constante, donde la retroalimentación es básica y oportuna. Pues a
través de ésta se obtiene información valiosa que sirve de partida para la
comprensión. De la misma forma pasa cuando llegamos a un nuevo trabajo, después
de haber pasado por un anterior que ya se dominaba, y se tiene que estar muy
alerta y dispuesto a volver a empezar y aprender, aunque también es válido la
propuesta, que como dije ya, engrandece. La empatía es básica, así como la
buena escucha, para hacer más eficaces las relaciones y construcciones en el
oponente. No solo nuestra realidad es total.
Primero comprender, después ser comprendido.
La buena comunicación y el liderazgo y de cómo cada una de las partes que
componen una empresa, sea cual sea, hasta aquella llamada vida, deben engranar
adecuadamente bajo una estrategia, que tendrá que tener bases de sabiduría para
poder obtener el tan deseado triunfo.
El principal antagonismo es su lucha por
querer imponer sus creencias y costumbres en un contexto en donde él se debía
adaptar además de que como el libro nos indica “prescribimos antes de
diagnosticar”, es decir no nos detenemos a entender las necesidades de los
demás, y bajo este precepto llevamos todas las de perder.
Me viene a la mente la experiencia propia, al
vivir en un país que no era el mío y todo el proceso de lucha que pasé al
querer imponer mis modos de vida y pensar en un contexto distinto, lo cual me
llevó desde la enfermedad física hasta un desgaste emocional casi mortal,
creyendo que todo lo opuesto era mi enemigo. Al entender que no era así, me
detuve a observar y analizar que el contrincante era yo mismo, pues no daba
paso al cambio. Cuando esta reflexión llegó a mi ser, comprendí que debía
ubicar mis oportunidades de transformación y mis fortalezas ante un clima
distinto donde, aunque las amenazas me hacían creer que mis debilidades eran
demasiadas, estaban tan bien cimentadas y bajo un proceso de inteligencia
emocional, utilicé para acercar todo aquello que no comprendía para poder conseguir
una victoria. Entendí que el “otro” con sus diferencias, podría acercarse si yo
también me mostraba tal cual, y le dejaba claro que mis propuestas podrían
servirle también de crecimiento. Todo esto no llega más que con mucha reflexión
y espíritu de sobrevivencia. Me adentré a las posibilidades que me brindaban y
modifiqué mis costumbres de a poco, tomé lo que me servía y con ellas me volví
más fuerte y con más ventajas ante climas que de un principio vi negativos pero
que estaban ahí, para ser parte de mis experiencias y crecimiento.
No todos tenemos el mismo mapa mental y los
mismos paradigmas. Solemos pensar que hay una verdad absoluta para todo y las
discusiones suelen enfocarse a ver quien lleva la razón. Cada persona, por su
educación, miedos o creencias, ve las cosas y actúa de forma distinta. Actuar
con empatía te hace una persona respetuosa y respetable.
La esencia del respeto a los demás. La
necesidad que tenemos de ser entendidos es uno de los sentimientos más intensos
de todos los seres humanos. Este hábito es la clave de las relaciones humanas
efectivas y posibilita llegar a acuerdos de tipo Ganar-Ganar. Básico también es
la confianza, pues para poder influir en alguien, este alguien debe también que
confiar en ti. Y para que confíe en ti, tiene que saber que lo comprendes y que
estás actuando de forma natural, actuar exactamente como eres, sin engaños ni
comportamientos incongruentes en función del momento o contexto.
Y es ese Ganar-Ganar la máxima culminación en
toda batalla. Donde bajo la sabiduría de que más allá de avasallar, el
compartir el éxito hace que el crecimiento sea total. Algo que también me llama
mucho la atención son las puntualizaciones sobre, la comprensión al individuo,
la atención a los pequeños detalles, los compromisos que deben ser mantenidos,
las expectativas explícitas y claras, el tremendo poder que te da pedir perdón
y disculparte, lo que te devuelve la integridad personal y por último, el amor
incondicional, pues creo que el amor es parte fundamental en todo, hasta en una
batalla.
El equilibrio entre el dominio personal para
explotar todo tu potencial y la interdependencia efectiva en la que te apoyas
en otros para cumplir determinadas acciones que te ayudarán a cumplir tus
objetivos. Entendiendo que el objetivo real dentro de toda lucha es el ganar
completo y esto solo se obtiene más allá de lograr aplastar logrando el respeto
bajo un actuar coherente y bien pensado que te lleva a ser un ejemplo a seguir.
Siempre he creído que un verdadero líder no es aquel que dicta órdenes, bajo un
personaje que ostenta un poder, sino lograr ser una autoridad, y para lograr
ser eso, la experiencia, inteligencia, conocímiento y repito, la coherencia
entre el ser y el hacer deben estar implícitos en cada acto ante los demás,
pero sobre todo, ante uno mismo.
Comentarios:
draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
Sígame en mis redes:
Facebook: Claudia Viveros Lorenzo
Twitter: @clauss77
Linkendl: Claudia Viveros Lorenzo.
0 comentarios:
Publicar un comentario