Por: Alfredo Pachas
Su único propósito: preservar el bien y la
salud de los enfermos, son los que están en la avanzadilla de ésta lucha
desigual, frente a un enemigo desconocido e invisible, lo único que les importa
es su juramento hipocrático, dar su vida al servicio de la humanidad, no piensan
en el bolsillo, solo lo hacen con el corazón. Su profesión de médicos les
señala que no deben ser pusilánimes, saben que de lo único que se pueden
“contagiar” es de fe y esperanza; sus canguelos se convierten. - de pronto. -
en un impulso para salvar vidas y acorazar a la población.
Al
igual que ellos, los enfermeros (as) y personal técnico se constituyen en su
brazo derecho, aunque algunos podrían tener miedo de llevar el bicho a casa; la
profesión que escogieron no les permite escaquearse de su deber. Y, aun cuando
precarios sean los servicios de salud. - por falta de recursos o equipamientos.
- están allí en el frente de batalla guerreando, luchando con el rostro
desencajado, sudoroso y marcado por el barbijo; porque cuando la ciencia humana
se muestra incapaz los médicos y enfermeros son los primeros en tener contacto
con los pacientes y, .-aunque Dios no lo permita .- deberían morir primeros.
Como en la guerra del Peloponeso. -según relata la historia. - … ”cuando los
muertos se contaban por miles , ni los pájaros, ni los buitres tocaban los
cadáveres que permanecían por días insepultos, si algunos los tocaban caían
muertos …” . Ellos que están en primera línea a veces se muestran impotentes,
su karma se acrecienta cuando ven morir en los nosocomios de “fiebre” a mucha
gente que ni siquiera puede decirles adiós a sus familiares y, estos ni
siquiera pueden saber dónde están o dónde fueron cremados e inclusive hasta, “reciben
muertos ajenos”. Su dolor se duplica cuando piensan en sus hijos. Es un signo
de vida o muerte, no saben si volverán a casa mañana, sólo se encomiendan al
divino para sortear la muerte.
Detrás de ellos están los policías,
militares y serenos imponiendo el orden evitando que cunda la algarada y
sirviendo de adarve a la ciudadanía. A más de un policía se le ha visto llorar,
a otro besando una estampita, otro último orando en plena calle y la escena más
dramática y conmovedora un policía implorando a tanta gente berzota. - aunque
muchos salen a la calle porque al no recibir ningún bono buscan llevar un pan a
casa. - que haga caso al aislamiento y diciéndole “voz en cuello”: ¡MUERO POR
TI Y NO ME HACES CASO! . Los soldados y serenos no se quedan atrás están en la
brega cuidando que la gente no se aglomere en los baratillos vigilando que se acate
la cuarentena. Son guardianes que lo dan todo a cambio de nada, muchos de ellos
sobreponiéndose a la astenia, algunas veces sin probar alimentos, lo único que
los mantienen fuertes y le sirve de báculo es la ovación y el canto de los
vecinos desde sus ventanas o balcones. En su dolor interpretamos los que nos
quieren decir ….” Puedes irte a casa,
acuéstate tranquilo, nosotros velaremos por ti..”.
En la última línea. -no por ello menos
importante. - encontramos a los trabajadores de limpieza pública y a los
sepultureros, gente humilde. - con salarios mínimos. - que diariamente se
arriesgan a llevar el virus a su hogar e infectar a su familia; pero no se
amilanan, están en la lucha ayudando a vencer esta pandemia que cada día va
ganando más infectados, nuevos muertos que. - es doloroso decirlo.- hacen que
los datos del día anterior se vuelvan obsoletos.
EL RECONOCIMIENTO
A todos ellos nuestra admiración y
gratitud. Porque todo lo que nos está pasando es como si fuera el nirvana, pero
ellos serán nuestros paladines para
vencer este virus mortal, van estar allí
como escudos y porque el país .-hoy más
que nunca .- los necesita, no nos abandonarán ni en los peores momentos, aun
cuando se sientan imbeles porque
.-parafraseando a un conocido sicoanalista.- …” cuando la atonía o astenia les va ganando aflorará la pulsión
que cada uno de ellos lleva dentro y le asestará una puñalada mortal a esta
maldita idiopática y cuando todo esto termine .- Dios quiera pronto.- ellos se
convertirán en nuestros héroes
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