Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Y un 17 de marzo, de un día para otro, el gobierno federal hace un
anuncio diciendo que “se adelantan las vacaciones” y que se suspenden clases
hasta el 20 de abril. La noticia nos agarró en frío. A todos. Padres de
familia, instituciones, docentes y alumnos. Obvio con diferentes posiciones,
sentires y preocupaciones. Nadie sabía que pasaría, y todo lo que este anuncio
provocaría. Era obvio que la medida estaba instalada en asegurar a la
población, y evitar el mayor riesgo de contagios. Se empezó suspendiendo las
clases y de ahí, poco a poco, la tan nombrada cuarentena se ha ido instalando
en todos los demás rubros.
Pero hablando de educación, mandar a los niños a su casa por más de
un mes, significaba por lo menos perder 10 días de clases. Esto multiplicándolo
por el número de materias o sesiones que tienen al día, nos da una cifra
realmente significativa. Y sinceramente, se pudo haber parado y decir:
-“Alto, a estar en casa tranquilos y esperar”.
Pero se optó por lo segundo:
-“Sigamos y veamos como continuar pase lo que pase”.
Entonces todos los que nos dedicamos a la educación, empezamos las
tres semanas de nuestra vida laboral más intensas, tuvimos que reestructurarnos
al 1000%, sí, leyó usted bien, al 1000%. Sé que hay escuelas que vienen
utilizando herramientas virtuales desde hace mucho, pero también sé, que son
las menos y pocos los docentes que están
realmente inmiscuidos en la tecnología (hablemos con verdad).
Yo por lo menos tengo más de 10 años de estudiar y dar clases en
plataforma virtual y he concebido las grandes oportunidades que como docente y
como alumno esta modalidad me ha regalado. Muchos la habían satanizado,
señalado como una opción no muy atractiva. En parte nadie podrá negar que la
socialización presencial, es fundamentalmente enriquecedora y que por más que
nos conectemos a distancia, con la cámara y el micrófono más eficiente no vamos
a poder tener la misma dinámica que en un salón de clases. Pero también es un
hecho, que estudiar en línea, presenta grandes desafíos que desdoblan
capacidades en nosotros muchas veces desconocidas. No podíamos parar, los estudiantes
necesitaban seguir aprendiendo y recibiendo educación, es más, me atrevo a señalar,
que seguir presentes a distancia, también les ha ayudado a no sentir el
encierro de forma tan ardua, pues tener la oportunidad de
estar dentro del aula virtual, en compañía de sus docentes y compañeros, ha
sido un recurso de escape y relajamiento. No se imaginan el gusto que se nota
cuando se saludan entre ellos y como abundan los “te extraño”.
Después del anuncio, todos nos subimos a la carretera de la
información, llamada web, y empezamos a crear un sinfín de estrategias para
todos nuestros educandos, que debían continuar avanzando en su aprendizaje. Fue
difícil, hubo estrés, desesperación por momentos, mucho cansancio, pero lo estamos
logrando. Los docentes hemos vuelto a sacar la casta, y seguimos en pie de
lucha por nuestro objetivo que es enseñar. El covid-19 nos está trayendo
grandes regalos de enseñanza, de retos, de adaptaciones, para empezar a
evolucionar hacia el futuro. Definitivamente esto es un antes y un después en
la historia de la humanidad. Y también debo incluir que, dentro de nuestros
procesos de enseñanza, estamos muchos aprendiendo el arte del home office, el
cual nos vuelve altamente productivos, en un escenario que muchos pueden pensar
que es demasiado cómodo y poco eficiente, pero que en la realidad es montarse a
horas interminables de labor.
Retomando, quiero aplaudir de pie a todos los maestros, administrativos,
empresarios de la educación que no se han acobardado y que han afrontado con
gran entereza esta situación. Los que amamos enseñar, sabemos que lo más
importante son nuestros estudiantes y por ellos, solo por ellos, es que lo
hacemos. Sé que en esta situación también entra en juego el lado obscuro del
asunto, que son los millones que no tienen los recursos tecnológicos y que no
pueden acceder, y es terrible, un tema muy amplio a debatir, que seguramente en
próximas semanas tocaré, pero esta vez, reitero, me quiero enfocar en este
esfuerzo maratónico, que los que amamos el aula, hemos realizado para procurar
que una clase llegue y el curso no pare por nada. Ustedes no se imaginan la
creatividad que he visto emanar en clases en línea, que con pocos recursos
llevan, cosas maravillosas a cada ho-gar, que en estos momentos se encuentra en
cuarentena resguardando a familias enteras, tratando de seguir el mandato para
que en unas semanas podamos contar todo esto, solo como una vivencia más.
Llegaron las vacaciones, y nos fuimos con un gran sabor de boca, y
hasta me atrevo a decir, que muchos hubiésemos querido seguirle un poco más,
para seguir afinando, para seguir mejorando en la nueva encomienda, que ahora
se reanudará en dos semanas, pero que esta vez ya nos tomará con tantita más
experiencia. Gracias Covid-19, eres un virus que nos ha puesto de cabeza, pero
estoy segura que te vamos a sacar de la partida muy pronto y nosotros, como
raza, nuevamente ganaremos. Feliz descanso vacacional en cuarentena. Siga
recomendaciones y quédese en casa, juntos lo lograremos.
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
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