El Nueve
El nueve ninguna se mueve. Esta ha sido la consigna que se está viralizando
en redes y que convoca al paro nacional de mujeres en México el próximo nueve
de marzo, y ojalá lo hiciéramos de forma mundial.
¿Por qué?, Porque estamos hartas. Sí señores, estamos hartas de tanta
violencia y discriminación. Los que nos tachas de exageradas, pues también
están siendo violentos con nosotras. La convocatoria ha causado controversia y
pues nadie los entiende. Cuando se llevaron a cabo las marchas (que rayaron en
la violencia) todo el mundo reclamó. Ahora, que se ha escuchado la
disconformidad en la forma de manifestarse, y que se ha determinado hacerlo con
otro tipo de estrategia, tampoco gusta.
En las últimas semanas hemos sido testigos de crueles asesinatos y abusos,
entre los más sonados los de Ingrid Escamilla y el de la niña Fátima. La sociedad
que raya en el morbo y el interés ha estado pendiente y ha obligado a las
instancias de ley a poner máxima atención. Pero sabemos que casos como esos hay
todos los días y no uno, varios, los cuales nos son escuchados, ni tomados en
consideración y a los cuales se les da el carpetazo, por considerarlos de poca
transcendencia. Y el tema del feminismo salta. Todos tenemos distintas
opiniones. Distintas posturas.
El nueve de marzo, según lo que se convoca, ninguna mujer debe laborar en
protesta ante los hechos de inseguridad que estamos viviendo. Muchos estados
están apoyando e instancias gubernamentales han manifestado que se pagará el
salario del día a todas aquellas que quieran apoyar la iniciativa. Eso me
parece fenomenal. Me encanta y deseo que en verdad sea un éxito. Pero me
preocupa la coherencia y congruencia que necesitamos como grupo. Porque sabemos
perfectamente que entre nosotras no solemos ser las más solidarias. Qué nos
encanta despedazarnos, que es muy frecuente que seamos mordaces y feroces. Nos
encanta meternos el pie, en lugar de manifestarnos apoyo incondicional, como lo
hacen los hombres entre ellos. Entonces, las marchas, los paros, el reclamo por
que nos brinden igualdad, respeto, derecho, seguridad, que son necesarias y prudentes,
que son un gran avance, se ven mermados si nosotras mismas no nos cuidamos,
protegemos y apoyamos. Quiero vivir en un mundo en donde entre nosotras dejemos
de llamar puta, a la que quiera disfrutar de su sexualidad. Que no señalemos a
ninguna porque no quiera tener hijos ni casarse. Que dejemos de insinuar que
“soñamos con vivir como princesas al lado de un hombre que nos haga sentir
únicas”. Donde nadie se sorprenda ante la que no teje, ni cocina, ni viste
femenina, simplemente porque no le gusta y no necesita cumplir estándares.
Quiero un mundo donde las madres eduquemos con visión diferente, donde no
se les incite a las niñas a ser “buenos partidos”, preparándolas como mercancías
con el único objetivo de cazar un “marido que las tenga como reinas”. Quiero un
mundo de mujeres independientes. Quiero vivir en un mundo, donde las
mujeres se abracen y admiren, que se
alienten a estudiar y ser mejores, no solo un día, sino todos los de su vida.
Quiero dejar de ver fotos de chicas en poses sexys en redes sociales, que
creen que vender su imagen por likes las hace deseables, ahogadas en un mar de
ignorancia, porque nadie les explica lo valiosas que son y que no está mal tener
perfiles de Facebook o Twitter, pero que estos deben ser ocupados para la
mejora, para compartir información valiosa y no una foto provocativa.
Tengo que confesar que a veces me espanto de la falta de integridad en
algunas cabezas, pero también entiendo que por desgracia el contexto en el que
se desenvuelven no ha ayudado y tampoco, por parte de muchas ha habido la
voluntad para cambiar, para crear sus propios criterios.
Para informarse, documentarse y
hacer análisis de lo que les rodea y sobre ellas mismas. Coherencia,
coherencia, coherencia, mujeres! Somos tan fuertes y tan valiosas, que no
podemos seguir perdiendo el tiempo y ayudando al machismo, dejándonos empapar
por ideas erróneas sobre nuestro actuar, nuestros deseos, sobre quiénes somos y
todo lo que podemos ser. El nueve,
piense en usted y tome su propia decisión, si se mueve o no, si empieza a
reinventarse, si empieza a transformar su entorno desde su trinchera. Si deja
en las manos de otro el cambio o toma las suyas como herramientas para que
empujemos a una evolución real la sociedad en la que hemos vivido durante XXI
siglos y en la que nos damos cada vez, mas cuenta, que no está siendo justa con
nosotras. Mirémonos al espejo y reconozcámonos. Amémonos.
Ed.
Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
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