El día 24 de julio cumpliría 81 años
nuestro recordado y estimado, Padre Santiago Calle Santos.
Como no recordar esta fecha si permanecerá
siempre en mi vida imborrable e imperecedera, pues dos días antes me decía,
esta próximo mi cumpleaños, no te olvides de recordarme las cosas que hay que
comprar.
Llegado el día le llamaba a su celular muy
temprano para saludarle y expresarle mis mejores deseos del mío propio y de mi
familia. Y me decía cuando desayunes pasas por mí por favor, y perdona que te
moleste tanto. Cuando iba en su busca ya estaba parado esperándome con el
cigarro en la mano. Yo le decía padre ya no fume. Y me respondía si no le doy
de comer a mi cáncer me mata más rápido.
A la hora señalada, salía con él, verle su
cara de alegría y hablar como un niño me hacía agradecer a Dios mentalmente, el
haberme puesto en mi camino a un hombre excepcional.
Al llegar al lugar que me indicaba, bajamos
y lo primero que buscaba era el lugar donde estaban las golosinas, y decía esto
es para mis amiguitos. Y agregaba algunas gaseosas variadas. Y a escondidas
compraba dos cajetillas de cigarros.
Luego compraba salame, chicharrón de
prensa, jamón para unos sanguchitos para los adultos. Y también pasas con maní,
canchita, pecanas.
Todo esto lo pondrían en azafates pequeños,
para que se sirvan al momento de hacerlos ingresar a su oficina, generalmente
lo hacía familia por familia. Como abrazaba a los niños como hacerlo con un
ángel, así lo sentía.
Cuando ya tenía todo listo me decía pasa
por “Wapa” un momentito. Y luego al salir me preguntaba qué tal me veo. Espléndido
Padre, muy guapo. Y sonreía con sus ojos brillantes de alegría. Y me repetía lo
de siempre, no me falta nada, tengo lo
que quiero. Como quisiera que mis padres y mis hermanos vivieran para compartir
con ellos lo que nunca tuvimos en casa.
Verdaderamente fue un regalo de Dios, un
privilegio el que Chincha haya contado con un sacerdote de polentas, entregado,
humilde, solidario, estaba en todas. Que inteligencia, que perseverancia,
estimaba a los que sabía que rendían y apreciaba a todos, los que eran sinceros
con él. Recibía llamadas de todas partes del mundo. Personas muy importantes,
sacerdotes, religiosas y Obispos.
Como se te extraña, querido” Santy”, tengo
la plena seguridad que estas en un lugar privilegiado, porque así lo predicabas,
así lo creías, que, si había un paraíso, un lugar cerca a Dios y a la Santísima
Virgen María. Hasta allá te llegue mi saludo y mi abrazo, querido y estimado
Monseñor. Quisiera escribir más de ti, pero me tiembla todo el cuerpo y se me
nubla la vista…….
Padre Santiago Calle Santos |
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