EL RINCON DEL COACH

Por: MBA Carlos Rolando Mateo Villa – Coach Ejecutivo

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Artículo de Investigación  de Gestión Empresarial 

…¿NACEMOS COACH?

Estimados lectores emprendedores, no puedo empezar con el tema sin agradecer a todos aquellos micro empresarios que con sus experiencias cotidianas nos permiten desarrollar temas que trascienden y sobre todo a Yesenia Campos, una micro empresaria del “Emporio de Gamarra”, que me dio una gran lección de reflexión emocional, sobre la capacidad que poseen las personas de hacer Coach de manera innata y trascendental por medio de un apoyo emo-cional y del instinto de asertividad que poseemos al rescatar a alguien de sus propios problemas o situaciones de apuro.

Cada vez que escuchamos la palabra Coach, nos deberíamos remontar a sus orígenes húngaros en la ciudad de Kocs (Siglo XV y XVI), situada en  Budapest. Kocs era parada obligatoria para los viajeros entre dos capitales, destacándose por sus carruajes, llamados Kocsi o carruaje de Kocs, que luego pasó al alemán Kutsche, que en nuestro idioma se entendería como “Coche o empujar el coche”. Luego, los americanos lo tomaron como apalancar. Esta palabra era muy utilizada en dicho país por los antiguos mercaderes húngaros. Cuando transportaban bienes de consumo y se quedaban a medio camino, la gente del pueblo, cercano al lugar del incidente, salía de su hogar con el propósito de poder apoyarlo a continuar con su marcha y brindándole palabras de aliento motivadoras, que hacía que el mercader retomara su camino con mucha energía y alegría. Ello impulsaba su emprendimiento y lo hacía trascender en la vida.

 En 1980, los españoles y americanos, creadores de las corrientes que involucran al coaching en las profesiones, con el propósito de hacerlos trascender en sus experiencias de vida laboral, lo desarrollaron en tres áreas de trabajo: Life Coaching, Executive Coaching y Corporate Coaching. Estas especializaciones la llevaron al ámbito deportivo y técnico donde adoptó el sinónimo de “entrenador”, un término muy conocido en nuestra sociedad y, sobre todo, en el mundo futbolístico. Este término se difundió de esta manera, puesto que estos recibían varios estudios para poder motivar y pensar en diversas estrategias válidas para el rendimiento de su equipo de trabajo y llevarlos a obtener resultados óptimos. Luego, tomaron esta actividad costumbrista para impulsar el emprendimiento por medio del apoyo y manejo emo- cional, “que empuja o impulsa” el crecimiento personal, donde afirman que proviene del aspecto intrínseco heredado. Entonces, según las afirmaciones brindadas por estos expertos en la materia, nos formulamos la pregunta: ¿Nacemos Coach?

Esta interrogante nos invita a reflexionar sobre la capacidad innata del ser humano para desarrollar habilidades y poder regular o controlar nuestras emociones para tener un eficiente crecimiento personal.

En 1990, el investigador y escritor sobre los principios teo-rías y prácticas del coaching en España, Leonardo E. Ravler Ph.D., en su libro “Arte y Ciencia del Coaching: Su historia, filosofía y esencia”, nos habla de la capacidad del ser humano en poder desarrollar habilidades ocultas por medio del desarrollo intrínseco y regulación de las emociones por medio de ajuste de hábitos que son innatas y que nacemos con lo que llama “equilibrio emocional durmiente” (Ravler, 1995, p.17), para poder indicarnos que todos nacemos con esta habilidad de ser Coach y dirigir nuestras emociones por medio del equilibrio emocional, que ayuda al aprendizaje cognitivo en las personas.

En el 2005, el autor madrileño Pedro Amador López, en su libro “Autocoaching: Cómo conseguir lo mejor de uno mismo”, aclara que las personas somos capaces de regular nuestras habilidades por medio del autoconocimiento personal y profesional. Tras estudios, Amador (2005), se vio envuelto con una herramienta útil para el desarrollo del equilibrio emocional por medio de hábitos, llamado “rueda de la vida” (Amador, 2006, p.23), que realiza la reflexión de nuestra concepción de vida y de las actividades que llevamos a cabo día a día y que las personas pasamos por desapercibido esas acciones. Para ello, menciona que estamos preparados, desde nuestra concepción, para ir regulando o fijando expectativas conforme a lo que ocurre en nuestro medio, como el llanto de un niño de 6 meses, que es calmado cuando la madre lo acaricia o lo amamanta de su seno, es capaz de autorregular sus emociones pri-marias. Esto, afirma Pedro, que no es que nacemos con la capacidad innata de ser Coach y de regular desde nuestra concepción de vida el equilibrio de nuestras emociones, sino que podemos autorregularlas, es decir, aprender a cómo hacerlo, desde la experiencia de vida que enfrenta situaciones cotidia- nas y que aprendemos adap- tarnos a esas circunstancias.

En la actualidad, Sandro Marcone (2014), director general de Tecnologías Educativas del Ministerio de Educación (MINEDU), comenta para la revista ¨La Educación del Futuro y el Futuro de la Educación” del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), en su segunda serie, sobre ¿Cómo será la educación del futuro para el Perú? Esta inte-rrogante hace referencia al poco desarrollo de las habilidades blandas (bajo equilibrio emocional y desarrollo cognitivo) que se imparten en las escuelas públicas y privadas. También, menciona a Howard Gadner, investigador principal de la Universidad de Harvard, quien plantea la educación micro creativa, que responde a las necesidades de las empresas contemporáneas, en donde se emplean las búsquedas de nuevas direcciones de pensar y hacer para desarrollar así mentes que identifiquen la creatividad e innovación como procesos centrales de la educación (Figueroa 2011). Este enfoque sería propicio en nuestro país, ya que la currícula educativa no plantea actividades escolares que impulsen nuestro espíritu de Coach (emprendedor) con el cual se nace. Según Marcone (2015), la globalización propone retos a los alumnos de educación básica regular para anticipar los cambios constantes de la sociedad y puedan desarrollar el equilibrio de sus emociones por medio de sus habilidades blandas para que les amplíe su visión de mercado. Ante ello, el Perú debería adoptar nuevas y mejores políticas educativas que planteen reformas apropiadas y que amplíen el crecimiento de estas habilidades innatas, ya  que según fuentes del MINEDU de cada 1,000 egresados del quinto secundaria solo 2 poseen habilidades blandas promedio (INEI, 2010) y que un estudio realizado a más de 3,000 empresarios en Estados Unidos (CEPLAN, 2011) la mayoría reveló que el 62% de los trabajadores poseen falta de actitud y motivación, que son factores claves para la mejora productiva de toda organización.

Entonces, según estas afirmaciones de los expertos, volvemos a la reflexión anterior: ¿Nacemos Coach? ¿Es, en realidad, el ser humano capaz de desarrollar el equilibrio de sus emociones, sin saber sus alcances, desde antes de que vengamos al mundo? O ¿Es que la podemos desarrollar a lo largo de nuestra vida, manejar nuestras emociones y equilibrarlas a favor del desarrollo cognitivo? Esta, sin duda, son interrogantes que los expertos más entendidos en la materia podrán desarrollar, según su criterio de estudio. Lo que nos queda claro es que sí podemos, ya sea desde nuestra concepción de vida o a partir de nuestro desarrollo adaptado a diversas circunstancias, poseer las habilidades para regular o autorregular nuestras emociones y adecuar nuestros hábitos para el equilibrio personal o profesional que acompañe el crecimiento cognitivo propio y de las personas.

En conclusión, creo que deberíamos enfrentar el reto de aprender a manejar el equilibrio de nuestras emociones y que adecuemos nuestros hábitos, de manera que podamos de-sarrollarnos personalmente y ser capaces de impulsar nuestro crecimiento profesional y cognitivo ya sea este innato o no. Aunque según las afirmaciones actuales de educación, en donde se menciona el incorrecto manejo curricular educativo que son las bases de nuestra sociedad, hay muchas personas que viven dependientes de sus emociones y prefieren ser cómplices de sus hábitos siendo conscientes de ello. Es como vivir muriendo, sabiendo que la cura está en nuestras manos.

Mateo Villa, Carlos R.

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