Por: Oscar Velit Bailetti
La corrupción es una
clara forma evidente de falta total de honradez. Las disposiciones legales no
han sido capaces de reducir, ni menos eliminar la corrupción. Se encuentra profundamente
enraizada en todas partes. En muchos países la corrupción forma parte
integrante de la cultura.
Cuando se hace
un trato comercial con funcionarios públicos, debes esperar
que te pregunten: ¿Y cuánto hay ?.Ó ¿Cómo es? .Los sobornos que se solicitan – por los
corruptos – son de diferentes tipo dependiendo de la cultura del soborno
existente. En algunos se tiene que dar dinero, en otros los funcionarios
prefieren viajes al exterior.
Alto a la
corrupción!!! Es un lema que todos debemos ponernos como una
obligación imponer. Permitir que continúe la corrupción es inaceptable;
demasiada gente pobre y vulnerable sigue padeciendo sus consecuencias en el mundo;
debemos ver una mayor aplicación de las reglas y leyes existentes. No debería
haber refugio alguno para los corruptos o su dinero.
Sabemos que la corrupción es uno de los mayores obstáculos para que los
países se desarrollen; provoca un aumento en los costos de las empresas, determina
una baja calidad en los servicios que se entregan al usuario, disminuye los
niveles de productividad de una nación y plantea la apatía del ciudadano en su
sistema democrático y en el respeto por los funcionarios que administran la
cosa pública. Por tales razones, el trabajo contra la corrupción es de todos;
desde los consumidores que ven mermados sus derechos por acceder a servicios
malos o ineficientes; los empresarios a los que se les cercena el derecho a la
libre competencia entre las empresas; los banqueros que logran detectar que una
parte de su clientela, usa sus plataformas para lavar el dinero, generando una
mala imagen para su negocio, así como los que son operadores derecho, a cargo
de alguna u otra manera de la Administración de Justicia, quienes deben
trabajar de forma incansable, con firmeza y teniendo como estandarte los
principios del debido proceso en toda causa judicial, para fomentar una cultura
de rechazo contra la corrupción.
Recientemente, nuestros Tribunales de Justicia han dado una muestra del
trabajo encomiable que se debe realizar para poner freno a la corrupción, en
tanto basados en la ley y con justicia, evidenciando el juego de las fichas de
algunos funcionarios poderosos, quienes, según su conveniencia,
se aprovecharon de fondos públicos, mostrando total desinterés en las
necesidades del pueblo, que se encuentra urgido de empleados probos.
Por esto el día de hoy debemos reflexionar sobre cómo en nuestro quehacer
diario podemos contribuir a poner un alto a la corrupción y determinar de esta
forma el avance que queremos para nuestra patria, donde las actividades
estatales se realicen en busca del bienestar general.
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