sábado, 12 de mayo de 2018

Feliz Día de la Madre a mi madre Ana María



Por: Óscar Velit Bailetti
Ven para acá me dijo dulcemente mi madre cierto día. Ven y dime que causas  tan  extrañas te arranca esas lágrimas hijo mío, que cuelgan de tus trémulas pestañas, como gota cuajada de rocío…¿ Tú tienes una pena y me la ocultas?.  Me dijo. ¿No sabes que la madre más sencilla sabe leer en el alma de sus hijos como tú en tus libros? ¿Quieres que te adivine lo que sientes? Me preguntó cogiéndome de los hombros…. Ven para acá, que con un par de besos disiparé las nubes que te dañan. Yo me puse a llorar, y le dije que no tenía nada. Le dije que ignoraba las causas de mis lágrimas. Le dije que de vez en cuando se me oprime el corazón y lloro, me lleno de angustia de pena y dolor.
Ella inclinó la frente pensativa y enjugando sus ojos y los míos con una  punta de su blusa. Me dijo más tranquila. ¡LLAMA SIEMPRE A TU MADRE, CUANDO SUFRAS!..... ¡QUE VENDRA MUERTA O VIVA !......Si está en el  mundo vendrá a compartir tus penas. Y sino, vendrá a consolarte desde arriba.
 Y así lo hago cuando algo tengo, como cuando algo perturba mi hogar. Y no hay calma. Y; entonces siento que se me ensancha el alma, y continúo hacia adelante. Sé que ella sigue a mi lado, que ella también ora por mí.¡Madre te extraño mucho! Eras tan buena para mí… No, que digo: ¡perdóname!. ¡ERES BUENA PARA MÌ!.


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