Por:
Juan Manuel Medina Cañas
No cabe la menor
duda, que actualmente el tránsito vehicular dentro del cercado de Chincha Alta,
está considerado como una verdadera desgracia ya que ninguna autoridad competente
sea capaz de solucionar favorablemente esta álgida realidad. Para muestra el
primer botón, las calles Italia y Santos Nagaro de esta ciudad.
A veces nos preguntamos, para que tenemos gobernantes
neófitos en la materia ya que en muchos de los casos desatienden el clamor de
la ciudadanía a pesar que todos nos sacrificamos con nuestros impuestos para
pagarles religiosamente las funciones que desempeñan con los resultados
negativos.
Acaso no es cierto, que esta situación es una
indiscutible desdicha, ya que no solo se atenta con la integridad física de los
viandantes, sino con su propia salud por el smog que despiden los vehículos
motorizados en mal estado que circulan diariamente por la urbe chinchaltina.
Por allí se manifestaba, que después de la
erradicación del comercio ambulatorio de los alrededores del Mercado de
Abastos, se iba a solucionar el caos automotriz; pero todo fue puras
demagogias, ya que fue lo contrario porque al ser desalojados a los informales
de la vía pública, prácticamente se desato un pandemónium, ya que los
conductores de vehículos mayores se posesionaron de las calles, obstaculizando
de esta manera el libre tránsito peatonal como vehicular.
Además, se nota con notoria extrañeza que a pesar de
que existen disposiciones municipales al respecto; no se resuelve esta
insoportable cuestión, por cuanto muy bien sabemos que las calles chinchaltinas
son demasiadas angostas, entonces se interroga porque tales se han convertido
en efectivas avenidas, vale decir de subida y baja-da para muestra, otro botón
las vías Pedro Moreno y Abelardo Alva Maúrtua (primeras cuadras). A propósito,
si existen disposiciones terminantes desde hace mucho tiempo, porqué se permite
el tráfico de motota- xis, motocargas, triciclos, motocicletas por el perímetro
de la Plaza de Armas de esta localidad.
Pero como todo no debe ser materia de causticas
críticas, sino dar alternativas de solución a este agobiante problema; porque
no hay diálogos, reu-niones con los directivos de estas pequeñas empresas, si todavía
existen solares que muy bien se podrían adecuar como cocheras o playas de
estacionamiento o paraderos.
Se dice todo esto, por cuanto actualmente han convertido
la plazuela Bolognesi y la Av. Túpac Amaru en verdaderos paraderos informales
y con tal motivo el municipio local debe agenciarse de un
especialista en circulación vial y no agenciarse de improvisados funcionarios
que no saben dónde están parados.
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