El aumento
progresivo de la delincuencia en Chincha, ha de motivar la preocupación de la
ciudadanía en general, pues ha sido notorio el interés del Ministerio del
Interior de poner freno al avance de este grave problema a fin de que la ciudadanía
este protegida de la inseguridad, pero las acciones iniciadas el año pasado
´caen en saco roto´.
Para encaminarse a este objetivo, el
Ministerio del Interior tuvo la buena iniciativa de implantar “Barrio Seguro”
en la UPIS San Agustín, para que desde allí se haga conciencia de evitar el
avance de este mal a través de la concientización de los jóvenes, creando
espacio para que la juventud y los mayores se dediquen a fortalecer este plan
de acción, que fue revitalizado con la presencia en dos oportunidades del señor
Ministro del ramo, pero vemos que la delincuencia continúa y se está fortaleciendo,
porque vienen ocurriendo numerosos casos de asaltos y robos que ponen en peligro
la integridad física de la población.
Hay
necesidad de ejecutar nuevas estrategias para reducir el índice delincuencial;
claro está,que en cada fin de año hay cierto descuido de nuestras autoridades
porque ya se vence el periodo de estadía de oficiales en las jurisdicciones que
se le ha asignado; pero en este caso debe poner interés el Ministerio del
Interior para que desde su sede, direccione un plan estratégico para que se
frene la delincuencia, que como el caso de Chincha, va en aumento.
Se
requiere que personal especializado que opera en Lima para frenar la
delincuencia, visite las ciudades cercanas a la capital de la república, comoes
nuestra provincia para que mediante gigantes operativos se logre frenar el
avance de la delincuencia y que nuestras autoridades a nivel de Lima, sostengan
conversatorio con el Ministerio Público y PNP de Lima, a manera de un análisis
actual y se trate de hacer ver esta situación, para que el recrudecimiento de
este flagelo, no desdibuje la imagen de la citadas entidades.
No
es posible que se diga que Chincha está tranquila y que no hay delincuencia,
cuando no se da a conocer los asaltos y robos, o cuando se esconden
las informaciones o partes policiales, para tratar de “hacer imagen institucional”
cuando la realidad es otra, ya que el periodismo conoce las ocurrencias en la misma
comunidad afectada y cuando el periodismo quiere verificar uno de estos delitos
no encuentra datos oficiales, que sean sustento de la ocurrencia denunciada por
los agraviados, para que se ratifiqueasí, la realidad delincuencial.
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