Esta ola de
calor que se está produciendo en nuestra costa, afecta a las granjas avícolas.
Las gallinas y pollos son muy sensibles a las temperaturas de verano por una
sencilla razón, la temperatura de su cuerpo normalmente es de 41.5°C, es decir
su temperatura corporal ya es caliente y si sube la temperatura al ambiente arriba
de 27.5°C se produce lo que denominamos Stress Calórico.
Las gallinas dejan de comer en las granjas (no olvidar
que en las granjas se crían muchas aves por metro cuadrado), se cae la
producción de huevos y los pollos no crecen. Si la temperatura ambiental supera
los 32°C causa en los pollos shock térmico y mueren.
UNICA – J. TORRIANI
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