Mag. Lic. en Humanidades y Profa. de Literatura con doble titulación Uruguay –
Perú. Belén Vila Osores
Una lectura antropológica literaria del concepto de
libertad
La libertad no es un peso
exterior que yo pueda echar lejos de mí,sino la carga de mí mismo como ser
libre.(Sciacca)
A partir del texto base de Michele Sciacca se
extraen los conceptos de libertad, persona y afectividad para vincularlos a un
personaje literario llamado Firs y que pertenece a la obra dramática El
jardín de los cerezos (1904) del autor ruso Ánton Chéjov. Firs es un
sirviente de edad muy avanzada que ha desempeñado tareas de mayordomo como rutina
diaria en la casa de una familia aristocrática, que con el paso del tiempo y
por sus ineptitudes financieras, prácticas, morales han devenido económicamente.
La Rusia
zarista y la libertad oficial para los esclavos es el marco que encuadra al
relato, la emancipación de los siervos ha incidido doblemente en la sociedad,
por un lado el acto jurídico libera a los esclavos, pero por otro lado estos no
están preparados para afrontar la responsabilidad mental y económica que implica
ser libre. Mental, porque los ahora «antiguos amos» los siguen viendo como
empleados serviles; y económicamente porque quedan envueltos en una red de
préstamos, deudas e impuestos que deben de sobrellevar para mantener a una
familia. Es por ello que, mediante la renuncia, Firs niega la libertad, negando
con ello lo bueno y lo malo. En palabras de Sciacca, el hombre es demasiado
mezquino para soportar el peso de la libertad; la libertad para Firs se
vuelve una carga, no supo y no pudo ser piadoso respecto a su esencialidad, no
fue capaz de elegirse a sí mismo. Tomar la decisión de dejar de ser esclavo
definitivamente correspondía a un acto libre al que no estaba acostumbrado,
dado que hacerse persona significaba para el personaje entenderse con
cualidades como la autoconciencia y la racionalidad tal como la entiende Robert
Spaemann en sus reflexiones filosóficas.
Diversas son
las visiones que se teorizan acerca de cómo se define, y de qué se habla cuando
se refiere a los conceptos de «ser humano» y «ser persona», las miradas que se
tiene hacia estas categorías exigiría un significado universal, sin embargo,
para autores como Peter Singer no son términos equivalentes. Autor que dialoga
con Spaemann, aunque con concepciones distintas acerca de este punto, ambos
concuerdan al menos de que existen cualidades o indicadores como lo son la
comunicación, solidaridad, conocimiento de la condición humana. Cualidades que
en tiempos de esclavitud son inexistentes para algunos seres como Firs,
períodos de tiempos históricos en los que rige la máxima de que nacer de una
persona no es el único aval que se necesita para serlo. La semejanza física, el
mero parecido exterior entre unos y otros no es tan importante, lo que interesa
es que una comunidad los acoja conforme al previo estatuto interno establecido.
Si bien la elección comporta riesgos, en ese ejercicio es
que el sujeto va adquiriendo su «hacerse», además eso que es elegido en algún
momento, dentro de un tiempo y espacio, supone fe.
En cuanto a
la afectividad, Yepes señala a la «intimidad» como nota primera del «yo» y del
mundo interior. Los afectos informan un tipo de realidad «para mí», incluso ha
llegado a sostenerse que posee un alto valor cognoscitivo, esto es, es otra
mente que brinda una valoración no objetiva del mundo, pero que es más rápida
que la mente racional. Muchas veces movidos por la afectividad, aunque sin caer
en sentimentalismos, los seres humanos se realizan, forjan proyectos y los
llevan a cabo. Porque de eso se trata la libertad, solo ejerciéndola,
poniéndola en marcha es que se pueden ejercer los ideales. La voluntad de Firs
es paralítica, sus sueños se ven disminuidos, su situación de esclavo es
cómoda, por ello prefiere seguir en ese camino. Ha renunciado a la libertad
para refugiarse en un colectivo familiar superfluo que lo cura —como da a
entender Sciacca— de la incomodidad de ser libre y lo arranca del calvario que
supone la libertad de elegir. En ese sentido
se entiende la libertad como experiencia dialéctica de vida, asumirla como tal
conlleva riesgos y responsabilidades. Por un lado se torna gozo cuando el ser
humano movilizado desde su «yo» íntimo usufructúa esa capacidad de elección con
compromiso; elige porque se conoce a sí mismo. Por otro lado, en libertad se
experimenta dolor ante la decisión escogida, porque no siempre la opción
preferida resulta la mejor de las elecciones realizadas por la persona. En la
obra dramática Chéjov elimina el diálogo como forma de comunicación y prefiere
los mutismos y los gags. Si no hay mensaje verdadero el lenguaje humano
como vehículo y expresión del pensamiento queda reducido al silencio, mientras
que la capacidad de dar, de entregar, de amar, queda totalmente desestimada.
Toda experiencia de vida es más rica cuando hay contacto, cuando se quiere y se
da, por eso es que frente a la incomunicación o el egoísmo el sujeto no puede
brindarse al «otro». No es posible una salida del «mí» hacia el «otro», queda
vedada la posibilidad de expresar que es bueno que el «tú» exista o que «tú» no
morirás.
A modo de cierre
e independientemente de lo que la inexorable gracia divina disponga como
individuo se apela a un fin último que puede ser la personal, profesional,
espiritual, debemos sentir en cada cosa que hacemos, en cada conquista superada
durante el transcurso del camino recorrido: el bien, la belleza y el amor. No
permitamos que nos pase lo que le sucedió a Firs: La vida pasó, se le figura
a uno, no haberla vivido… (Chéjov).
BIBLIOGRAFÍA:
– Chéjov, Ánton, El jardín de los cerezos,
trad. Gustavo Martínez, Montevideo, Colección literatura universal, 1996.
– Sciacca, Michele, Notas sobre libertad y
persona humana en: Revista Dialnet.
Disponible en:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2127988.pdf Consulta realizada:
10/10/2016 hora: 16:30.
– Singer, Peter, Ética práctica, Cambridge,
Cambridge UniversityPress, 1995.
– Spaeman Robert, Personas, Pamplona, EUNSA,
2000.
Artículo publicado en
Revista Almiar. España. III Época Nº
89)
Columna Cultural.
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