martes, 4 de octubre de 2016

Recuerdos de las serenatas a Chincha en los años 70 y 80


El tiempo no puede hacernos olvidar de cómo en el mes de Octubre se llevaban a cabo las clásicas serenatas en la “Tierra de Campeones” tiempos aquellos que no volverán,  en la que se presentaban  artistas locales de la talla de: Alejandro el ´Cholo´ Torres, Pedrito Tasayco, Marimón, Pablo Chumbiauca, Julio Barrera y otros  como un preámbulo a lo que se escucharía a partir de las diez de la noche.
Con la voz autorizada de Don  José Lázaro Tello, conocido como el animador de las multitudes quien se encargaba de presentar a los artistas reconocidos internacionalmente como  Pastor Zuzunaga, María de Jesús Vásquez, Lucha Reyes, Carmencita Lara, Roberto Silva  y otros que eran parte de la caravana “ORMEÑO” que es la empresa del chínchano y Pardino Joaquín Ormeño Cabrera, quien por el cariño que le tiene a la tierra que lo vio nacer se hacía presente todos los años con una constelación de cantantes y músicos.
Para el deleite de todos aquellos que esperaban esta fecha para escuchar a sus artistas favoritos que interpretaban lo mejor de la música criolla, y cuando se acercaban los minutos para las doce de la noche, todos atentos para corear la canción que se entonaba por el cantante de turno  exactamente a las cero horas, y la gente se estrechaban la mano, se abrazaban y se saludaban con algarabía.
Como una manifestación de festejo, por el aniversario de la tierra, se encendía el castillo de varios cuerpos  y se escuchaban los cohetes y las bombardas; el cielo se iluminaba dándole la bienvenida al día 30 de Octubre. Día central de Chincha.
Estaban muy atentos los organizadores como eran los regidores, el alcalde y personas notables que apoyaban de manera desinteresada estas acciones de jolgorio y felicidad, porque se trataba de la fiesta de la “Reyna del Sur” como es Chincha.
Y todo este acontecimiento era transmitido por Radio Chinchaysuyo, vía los 1140 de la AM  para todas aquellas familias que no podían venir a la Plaza de Armas y gozar de este espectáculo. Entonces en sus casas lo disfrutaban  a través de su receptor. Mientras que el torito se encargaba de despertar al público presente corriendo de un lugar a otro y viviendo una verdadera fiesta.
Luego de 40 minutos o una hora, todos se iban retirando a sus hogares tranquilamente, comentando que bien había tocado el cajón, Pomadita Lazón, no se veían actos indecentes y si alguien libó para celebrar, era de manera muy discreta. Y no como ahora. Y los artistas que habían actuado tanto locales como limeños, eran invitados por los organizadores a la pollería el “Carmelo” que funcionaba en el pasaje de la Iglesia para degustar el aguadito de menudencia  y el rico pollo a la brasa. O de lo contrario elegían la comida oriental y se iban al Chifa donde el popular Joipe,  Virgilio Lee, en la Plaza de Armas.
Las vivanderas se esmeraban para ofrecernos lo mejor de su comida  en lugares estratégicos, donde los comensales recono-cían la buena sazón de las cocineras de esa época.
Por: Juan Córdova Pecho
  

   

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