Nuestra antigua Plaza de Armas de Chincha Alta, era
visitada por comerciantes ambulantes que se apostaban para tradicionales fiestas
que se realizaban en esta ciudad, al extremo de instalar hasta cocinas en horas
de la noche para preparar alimentos y venderlas al público, propensos a causar
desgracias personales y además malograr la antigua infraestructura.
Ahora la población de Chincha
ya tiene una remodelada plaza de Armas, a donde acudir a descansar y presenciar
los principales actos que se desarrollen en la ciudad.
Pero los
comerciantes deben ser conscientes de la inversión que ha demandado su reconstrucción,
así como el esfuerzo que le ha correspondido a las autoridades locales de
gestionar la orden del Ministerio de Cultura para que se prosiga la obra y
deben abstenerse de convertir la Plaza de Armas en un mercadillo, cuando se
realice cualquier actividad que congregue cantidad de público.
Estamos ya a las
vísperas de la celebración de la fiesta de nuestro Señor Crucificado y es necesario
que los comerciantes acaten las disposiciones municipales y dejen de ingresar a
esta remodelada plaza para convertirlas en aposento de negocios que puede inducir
a su deterioro.
Debe prohibirse
terminantemente que comerciantes en un descuido de la Policía Municipal, instalen
sus negocios y cocinas o se dediquen a vender sus mercaderías y bebidas, cuyos
desperdicios sean arrojados al piso o arrojarse a las piletas donde está el
agua circulante y sus variadas instalaciones eléctricas que dan buena vista a
la población y turista.
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