Ya pasó la fiebre del Mundial
de Fútbol y, aunque nosotros fuimos simples convidados de piedra, no debemos
estar al margen de lo ocurrido con el equipo campeón y, más aún, si ello
nos puede dejar lecciones que debemos aprender.
Es posible también que, a muchos de los que
leerán este artículo, no les llamará la atención ni les importará en lo absoluto
pero, es necesario que lo sepan.
Seis meses antes de que se
inicie el Mundial de fútbol, los alemanes llegaron a la localidad de Bahía en
Brasil, ahí se instalaron y construyeron un Hotel, un Centro de Salud, un campo
de fútbol, una pequeña carretera y, todas estas obras, las trabajaron con
personas de la localidad.
Durante su estadía, socializaron
con los lugareños tanto de la ciudad como de sus playas y lo hicieron participando
en sus actividades y fiestas. Visitaron a los nativos y les donaron
10,000.00 Euros para que se compren una ambulancia.
Tuvieron el acierto de caminar
por sus calles con el polo del club Bahía y alternar con los hinchas de
dicha institución deportiva, inclusive aprendieron y entonaban a viva voz,
el himno del equipo. Así se hicieron querer y, como prueba de ello,
está el aliento constante que recibieron del público en su definición con Argentina.
Algo curioso: cuando le propinaron
la goleada de 7 a 1 a los brasileños, los alemanes no se ufanaron, más bien
pidieron disculpas públicas por la goleada y, a través del twitter, enviaban
mensajes de agradecimiento al pueblo brasileño por su generosa hospitalidad.
Terminó el Mundial y tuvieron
que marcharse pero, aquí algo que los engrandece, se fueron pero donaron todo
lo construido para la población y pidieron que, las instalaciones donde vivieron,
se convierta en una escuela para los niños del lugar.
Felicitaciones CAMPEONES, por
el título del mundo que obtuvieron en buena lid y gracias por la lección.
COL 046
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