sábado, 15 de marzo de 2014

DUELO EN EL PERIODISMO ¡Eduardo Bernaola Murgueytio ha muerto!.


 Cuando un personaje de la intelectualidad de Chincha se va con su presencia sustantiva corporal hacia la eternidad, se retira definitivamente de nuestro entorno profesional y amical para convertirse en un ser excepcional porque durante el desarrollo de su excelente trayectoria de vida familiar, social; política y cultural, logró conmover las fibras más sensibles de nuestra conformación anímica espiritual... Y por ello Chincha lo recordará por siempre. Don Eduardo Antonio Ber-naola Murgueytio ha muerto.
Los profesionales de la pluma, los periodistas radiales y televisivos, sus colegas del magisterio, sus amigos, vecinos, familiares y todos aquellos quienes gozamos de sus elocuentes pláticas y de su especial didáctica que nunca se olvidarán, hoy nos hallamos acongojados por el infausto acontecimiento de su partida. A la edad de 92 años parte en viaje a las estrellas a reencontrarse con sus seres amados, con sus amigos y familiares que hoy le enseñan el camino de la luz divina desde donde al mismo tiempo estará velando por nuestras almas...
Don Eduardo es uno de los últimos pilares del periodismo chinchano y además, con el re-cuerdo de sus enseñanzas, es quien impone en las nuevas generaciones de periodistas, un viejo estilo casi olvidado, el de expresar la verdad con la fortaleza que la humildad exige, algo que lo convierte en un paradigma de vocación con la exposición gozosa de sus “memorando”, por la impresión verídica de los hechos desde su muy práctica visión, resaltando con ello virtudes y valores con cuyo perfil marcó definitivamente el nuevo camino hacia el rescate de la moral y la ética profesional…Específicamente por el énfasis de su especial sensibilidad que aplicaba para poder entender a las personas y ser al mismo tiempo querendoso con su público lector...Y es aquí cuando nos quedamos sin palabras al querer resumir en este corto espacio una vida de elocuentes y positivas anécdotas, con una ironía muy propia y vivencias serias y jocosas que nunca se borrarán de nuestra memorias y de nuestros corazones... y es en tal sentido que, desde la sinceridad de nuestras almas, avasallados por la resignación, culminamos diciendo ;
¡EDUARDO ANTONIO...
Descansa en paz...¡

Por: Pedro Moisés Díaz Flores. F.P.P. N° 05555. DNI N° 21811591




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