sábado, 27 de julio de 2013

¡somos libres!… seámoslo siempre


Se acerca otra celebración de Fiestas Patrias y, como es costumbre, nos preparamos para  sentirnos más peruanos por estos días. Pondremos una banderita en nuestra casa, una escarapela en nuestro pecho, iremos al desfile para aplaudir y luego, nos sentaremos esperanzados a escuchar el Mensaje Presidencial. Ese mensaje que, desde hace muchos años, esperamos que sea un mensaje sincero y alentador. Sin embargo, tal como vienen sucediendo las cosas, nada hace augurar un Mensaje así, en el que se planteen los cambios que el Perú necesita. Tal vez, ni se tengan en cuenta, las protestas ocurridas hace algunos días y las anunciadas para los próximos. Quizá ello no sea suficiente para hacer reflexionar al Gobierno y enrumbe sus pasos por los caminos correctos, que saque al país del laberinto en el que, queriendo o sin querer, lo ha metido.
Todos sabemos que las crisis que se presentan en los pueblos, obedecen a múltiples factores pero, la mayoría de veces, se limita a la gran crisis que vive la Patria, o a la ceguera de un gobierno que, rompiendo sus promesas, se aleja cada día más de las esperanzas y  de la expectativa ciudadana.
Pese a ello, el hecho de no ser partidarios del Gobierno, no nos obliga a tener que aplaudir cuanta protesta se genere en contra del régimen, aún cuando hagan responsable de ella al propio Presidente Ollanta Humala.
Si analizamos con serenidad, la situación caótica que venimos afrontando desde hace algún tiempo, tenemos que aceptar que, existen una serie de factores a los cuales no hay que perder de vista, porque pueden convertirse en algo que ninguno de los peruanos pensantes queremos: ¿Habrá hecho bien el gobierno en tratar de aprobar una serie de medidas sin considerar para nada a los involucrados en el problema?. “Servicio Militar Obligatorio”, “Ley Universitaria”, “Ley del Servicio Civil”, etc, etc. Hay que dejar en claro que, no se pueden aprobar las leyes porque a un gobierno le parece bien o porque le dé la gana; hay que consensuar, hay que pedir aportes y opinión a los involucrados y a los especialistas y dejar en claro que, ninguna Ley que pretenda aprobar un Gobierno,  puede vulnerar los derechos de los trabajadores. Tampoco aprueba  la ciudadanía y con mucho vigor y disciplina lo ha demostrado manifestando su rechaza a los mecanismos utilizados para elegir a los miembros del Tribunal Constitucional, a la Defensoría del Pueblo y a los miembros del Directorio del Banco Central de Reserva.
Respecto a la cuestionada “Ley Universitaria”, esta deberá discutirse en forma más amplia y siempre, con miras a que sea una respuesta a las jus-tas expectativas de nuestra ju-ventud y del país. Debemos admitir que esto, no resulta muy fácil porque, el colectivo de nuestra juventud universitaria y los especialistas en materia educativa y laboral, tendrán que presentar propuestas razonables, propuestas que estén orientadas a elevar la calidad educativa  y no sólo las remuneraciones en nuestras vapuleadas universidades. Hay que tener presente que: sólo con buenas universidades lograremos buenos profesionales y, con buenos profesionales lograremos un Perú mejor en todos los sentidos.
Con relación a la cuestionada “Ley del Servicio Civil”, es necesario recordar y precisar que, nuestra Administración Pú-blica, se encuentra desfasada y desimplementada, tanto en lo que refiere al factor de infraestructura como en el factor HU-MANO. Si entendemos con claridad el problema de nuestra Administración Pública, hay que aceptar que no tenemos una Administración Pública eficiente, que hay servidores que no están capacitados ni profesional ni hu-manamente para servir a los demás.  No hay que perder de vista tampoco que, desde hace muchos años, nuestra clase laboral ha venido sufriendo un trato injusto y viene sufriendo la vulneración de sus derechos. Ello, los obliga a defender el sustento de sus hogares pero, también debe obligarlos a servir bien a los demás.
Si hacemos un resumen de lo ocurrido últimamente en nuestro Perú, tenemos que admitir que todo nace de la voluntad y conveniencia de querer cubrir algunos cargos en organismos del Estado, con personas que no eran las indicadas para ellos. Cargos que una vez cubiertos, serían puestos al servicio de quie nes los eligieron y no del país entero como lo señalan sus funciones. Para ello, se orquestó una  “repartija” similar a las que nos tienen acostumbrados nuestros políticos  tradicionales y que fue descubierta gracias a la Prensa.
 No entienden estos advenedizos que los cambios tienen que ser totales o no son cambios. Que para hacerlos hay que romper esquemas y formas si no, seguiremos en lo mismo, con simples parches que, en nada resolverán  los problemas de la Patria.
Por eso Sr. Presidente, en su Mensaje a la Nación, trate de honrar su palabra.
No olvide que prometió Ud. dirigir personalmente la lucha contra la Inseguridad Ciudadana pero, hasta ahora no vemos resultados. Esto significa que: o no la está dirigiendo, o la está dirigiendo mal.
La mala señal dada hace unos días, debe terminar. Eso depende de su Mensaje y de lo que haga Sr. Presidente.
joethelwoldo@hotmail.com

José Castro Silva - CPP.  046

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