sábado, 27 de abril de 2013

BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL BEATO FEDERICO OZANAM



En medio de la complejidad y de las crisis del siglo XIX brillan con nitidez un conjunto de hijos de la Iglesia que manifiestan una muy clara conciencia de que la adhesión al Señor Jesús tiene consecuencias sociales. Entre ellos destaca como importante pensador y hombre de acción, de enorme trascendencia en esos primeros tiempos de la cuestión social en el siglo XIX,  Antonio Federico Ozanam, gran apóstol de la caridad y la reconciliación.
Su profunda fe y su amor a la Iglesia lo impulsan por el camino que lleva a la perfección en la caridad. Desde joven, sus pasos lo encaminan  al testimonio y a la santidad. Los dones del Altísimo, su amor por la verdad y su opción por vivir cotidianamente la fe lo llevan por los luminosos senderos del amor al hermano, en especial al necesitado. Este impulso de vida de Antonio Federico y lo va introduciendo en el ardor fulgurante de quien asume su vida cristiana hasta las últimas consecuencias. «La caridad no puede existir en el corazón de muchos sin expandirse a los de fuera —escribe—. Es un fuego que se apaga si le falta manutención, y las buenas obras son el alimento de la caridad... pero la caridad debe ser un medio, no el fin de nuestra asociación  que es más bien el de difundir en la juventud el espíritu del cristianismo, que es espíritu de amor. La verdad evangélica debe ser difundida entre los jóvenes, que son víctimas de varias y funestas doctrinas...»
 El gran apóstol de la caridad y de la reconciliación en el siglo XIX se verá reconocido por la Iglesia como quien, viviendo heroicamente las virtudes cristianas, se alza como un símbolo de coherencia en la vida cristiana ante un mundo sometido al secularismo, al agnosticismo funcional y a todo tipo de rupturas.
Ozanam ha sido beatificado por el Papa Juan Pablo II, el mundo contemplará la imagen de un alentador ejemplo de seguimiento del Señor de cara a las tan necesarias tareas de la Nueva Evangelización.
 Antonio Federico Ozanam, nació el 23 de abril de 1813 en Milán. Federico es el quinto hijo del matrimonio de Juan Antonio Francisco Ozanam, antiguo oficial del ejército napoleónico y luego mé-dico, y María Nantas. Forman un hogar en el que la fe vivida ilumina el quehacer cotidiano, y en el que el amor no queda contenido entre los miembros de la familia sino que se despliega hacia el encuentro de los hermanos en necesidad.
  Ya desde niño Federico aprende a respetar al pobre y al desvalido, siendo instruido en la escuela de la viva caridad de su padre, quien como médico asiste gratuitamente a muchísimos pobres; y en la bondad y sencillez cristiana de su y con sus significativas dotes culturales, impregnando el hogar familiar de un claro y profundo espíritu cristiano. Su gratitud por la vida se expresa en una promesa que cumplirá siempre: «Yo he prometido a Dios dedicar mis días al servicio de la Verdad que me ha concedido la paz». Más adelante explicará la gesta a la que planea entregarse, sin amilanarse ante sus grandes desafíos, y dirá: «Vencer sin riesgos es triunfar sin gloria, pero cuanto más difícil es la obra tanto más bello es realizarla».Federico, aunque tímido, es una persona de fuertes y profundas raíces interiores, su adhesión a la fe irradia sobre todo su ser y su existir. Por ello sufre intensamente al contemplar la lamentable situación de lo que hoy llamaríamos secularización generalizada.  Muy pronto su liderazgo se deja sentir incluso en la Universidad Sorbona, al punto que pudo escribir a su familia: «Cada vez que un profesor alza su voz contra la fe, se levantan muchas voces católicas en protesta por ello». «Nosotros poseemos dos caminos: uno para buscar la verdad y otro para vivirla; durante toda nuestra vida hemos de vivir la verdad». Y en el campus universitario en París había encontrado un ambiente propicio «para vivir la verdad» y para compartirla. Por su carácter activo  formó  en 1832  las Conferencias de Historia. Éstas constituyen un ámbito de apostolado intelectual  en ella se daban intensos debates en torno a la fe. Será a partir de una de las sesiones, que reunía a decenas de jóvenes e incluso profesores de la Universidad, que un grupo, con Ozanam a la cabeza, toma una decisión: ¡Ir al encuentro de los pobres! Así, a los 20 años de edad, en 1833 funda con el valioso apoyo de cinco compañeros las Conferencias de la Caridad (Sociedad de San Vicente de Paúl),  con el ánimo de «consolidar la fe y de reanimar la caridad en la juventud católica», proyectándose en el encuentro personal con los pobres y trabajando así por la santificación personal y el Reino del Señor. A través de esta obra se busca vincular, en una relación personal, a indigentes, a marginados, a carentes de salud y medios para una vida digna, con quienes pudiesen aportarles alguna ayuda y apoyo humano y cristiano. Sin duda se trata de una obra de gran importancia para ayudar a los necesitados, tanto en lo material como en lo espiritual. Hasta el día de hoy existen secciones de la Sociedad de San Vicente en muchísimos países del mundo.  La cruzada de la caridad que iniciaron un grupo de jóvenes estudiantes universitarios franceses encabezados por Federico Ozanam en aquel 1833 se encendía en el París indiferente y descreído un fuego ardiente de amor que se convertiría en inmensas fogatas de caridad que llenarían de luz y calor millones de casas de pobres y humildes hermanos.
En la actualidad hay Conferencias de la Caridad en 148 países, con 720,000 miembros, y 37 millones de beneficiados. El Perú cuenta con 27 Conferencias, ellas pertenecen a la Zona 1 Área Pacífico junto con Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador, tiene como Vicepresidente Territorial Nº 3 el consocio Renato Lima de Oliveira (Brasil)  en su última visita a nuestro país se acordó organizar los Consejos de Zona la misma que se encargará de unir, animar y coordinar las actividades y/o proyectos del ámbito local,   favorecer el desarrollo espiritual de las Conferencias.
La región Ica esta camino  se for-mará el Consejo de Zona con la participación de seis Conferencias: “Virgen Poderosa” de Chincha; “San Francisco Regis Cler”, “Santa Luisa de Marillac” “San Martín de Porres”,“Beatita de Hu- may” de Pisco; “San Vicente de Paúl” de Ica. La Sociedad de San Vicente en el Perú esta dirigida por la Presidenta Consocia Acciones Rodríguez, cuyo Consejo Nacional tiene como sede Lima
Este   23 de abril se celebró el Bicentenario del nacimiento del Beato Federico Ozanam, fundador de las Sociedades de San Vicente de Paúl. Aunque durante todo este año se vienen celebrando los 200 años de su nacimiento, el Consejo General Internacional ha organizado en París un calendario de actos para celebrar conjuntamente el nacimiento de Ozanam el día 19 se  aperturó   este bicentenario con la ponencia del Presidente General Internacional de la SSVP, Dr. Michael Thio, en París.
La Sociedad de San Vicente en el Perú con su Presidenta Sra. Alcionet Rodríguez, reunirá a los consocios el día 5 de mayo en la Parroquia “Virgen Milagrosa” en Lima, y en el  sur chico   las Conferencias de la zona celebraran este notable acontecimiento el día 27 en la  Parroquia San Clemente de Pisco, para ello se están cursando  invitaciones.
BIBLIOGRAFÍA:
Publicación del autor Luis Armando Figari.
Ponencia del Consocio Renato Lima de Oliveira.
Laical Centro de estudios Ozanam.
Recopilación: María del Pilar
                      Córdova Villalta
DNI 21790679.
Conferencia “Virgen Poderosa” Chincha.


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