miércoles, 27 de marzo de 2013

La Policía y sus funciones ante la Inseguridad Ciudadana



Por: Oscar Velit Bailetti.-Especialista en Seguridad Ciudadana
La policía tiene dos funciones primordiales: por un lado, mantener el orden social a través de la aplicación de la ley y, por otro, luchar contra la delincuen- cia la cual implica a su vez varios aspectos: en primer lugar, la represión al delito (a través de la detención y entrega de los culpables al sistema judicial) y en segundo lugar la prevención en materia de vigilancia y disua sión de los agentes delictivos.
En un contexto que se caracteriza por una tendencia al aumento de la criminalidad e nuestra provincia, la policía ha debido adaptarse y buscar modelos y estrategias orientados a hacer más eficiente y eficaz su labor.   Por otro lado si nos referimos a la utilización de los servicios de inteligencia para combatir la delincuencia, encontramos históricamente que dichos sistemas han recaído por lo general en manos de las fuerzas armadas y en estructuras civiles con fines de manipulación política y social más que de combate a los agentes delictivos. Esto se acabo cuando fusionaron la PIP a la PNP.
 En la actualidad, el crecimiento que presentan las actividades ilícitas como el narcotráfico, el secuestro, la trata de personas, entre otros delitos graves,
El  Estado debe redefinir las tareas de los órganos de inteligencia como estructuras indispensables para combatir de for-ma sistemática y estratégica a la delincuencia organizada.
Si definimos el concepto de inteligencia como el proceso de búsqueda, recolección, análisis, procesamiento, diseminación y protección de información para la toma oportuna de decisiones estratégicas de un estado-nación podemos entonces presumir que la existencia de un sistema de inteligencia dentro de toda orga nización encargada de combatir y perseguir a la delincuencia es indispensable, por el contrario, lamentablemente la mayoría de tales estructuras gubernamentales carecen de este tipo de áreas o son de reciente creación.
Lo anterior ha traído graves consecuencias para la sociedad, una delincuencia más compleja, mejor organizada y más difícil de combatir, en Chincha hay grandes organizaciones integra-das por familias enteras. Y  Aunque parezca paradójico, las células delictivas han desarrolla do sus propias estructuras y ser- vicios de inteligencia y contrainteligencia, con el fin de burlar a los sistemas de seguridad pú-blica y de impartición de justi-cia. El desarrollo y fortalecimiento de los servicios de inteligencia siempre deben de ir acompañados por dos factores críticos, la capacitación de los recursos humanos y el empleo de los avances tecnológicos. Ambos factores son decisivos, dada la naturaleza de tales actividades, para el cumplimiento y alcance de los objetivos planteados.
  La batalla contra la delincuencia no deberá considerar solo la parte táctica y de combate, entendiendo esta como el incremento de equipo de transporte, comunicaciones y armamento para los cuerpos policíacos, sino también la parte de la recolección y análisis de la informa- ción, así como la adquisición de la tecnología que facilite la obtención y procesamiento de la misma, es decir la confección del producto final, Inteligencia.
Que haremos para combatir a estos grupos organizados y armados con diez camionetas y 60 serenos que no van a estar preparados y especializados en la materia. Si ante no se hace un convenio con la Policía. la falta de coordinación y unidad de mando, así como las asimetrías en sus salarios, requisitos de ingreso, procedimientos de reclutamiento y selección, hacen que la sociedad no pueda tener confianza en la efectividad de la actuación de los serenos que se contratan mas por parentesco o favor político  y que, simultáneamente, la delincuencia encuentre espacios sociales propicios de acción.
Además, la eficacia de la policía se ha visto minada por la corrupción, la insuficiente prepara ción de sus integrantes, la infiltración y la amenaza de la delin cuencia organizada, así como por la dispersión de esfuerzos y los recursos limitados de que disponen las corporaciones para cumplir su importante labor.
Con todo lo anterior sería ingenuo tratar de combatir al crimen organizado con los modelos tradicionales de policía. Es prioritario incorporar áreas de inteligencia dentro de las estructuras policiales, con el fin de incrementar la coordinación y eficacia de los cuerpos policíacos en la lucha contra el crimen organizado, en suma, combatir a la delincuencia con inteligencia. Y a esto le toca apoyar al Gobierno Regional y Gobiernos locales.

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