La persona de Máximo
Pachas Castilla (57), fue denunciado ante la policía de Grocio Prado, por su
cónyuge Dora Matilde Vargas Aguilar (55), por los continuos maltratos físicos y
psicológicos que recibía.
Este nuevo hecho de
todos los días registrado a nivel nacional, sucedió a las 11 de la noche del
martes último. Según denuncia, Máximo Pachas, en estado de embriaguez,
pretendió abusar sexualmente de su pareja Dora Matilde, con quien, desde hace 7
años, están separados.
Este caso que en
reiteradas oportunidades se ha presentado, aconteció en el interior de su
domicilio, ubicado en barrio Los Amigos, pasaje Torres s/n, jurisdicción de
Grocio Prado.
La víctima, en su
denuncia formal, refiere que su cónyuge quiso esa noche tomarla se-xualmente,
contra su voluntad, pero ello al negarse a ese pro-pósito, su esposo le
emprendió a golpes de puños y puntapiés hasta dejarla casi inconsciente en el
piso de su vivienda.
Al grito de dolor y
pedido de auxilio, su hijo Rodolfo Juan Pachas Vargas (34), acudió de inmediato
a su lado, y tras reanimarla y calmarla, la condujo al local policial de su
distrito, que despacha el capitán PNP Luis Adrianzén Chumacero, donde presentó
la denuncia.
Allí, los suboficiales
Juan Basurto Sánchez y Pedro Carbajal, quienes atendieron en su manifestación a
la pobre víctima, comprobaron, muy sorprendidos, la tremenda agresión física y
psicológica que había recibido la denunciante.
Ante esta grave denuncia
que saltaba a la vista, los custodios procedieron en el acto a ubicar y
aprehender al consorte abusador, el mismo que fue encontrado en su domicilio, y
conducido luego a la dependencia policial, donde permaneció en la sala de
meditación (calabozo).
Para ayer a las 4 de la
tarde, -aseguró un miembro policial- estaba programada la audiencia pública
sobre este caso en el Juzgado de Pueblo Nuevo.
En este lugar, el
magistrado evaluaría si amerita el internamiento del acusado en un centro
penitenciario.
Trascendió que el
maltrato físico, psicológico y sexual ya está configurado, los mismos que en
reiteradas ocasiones se ha repetido, pero que la agraviada nunca denunció por
temor a ser amenazada y agredida como tantas otras veces lo hizo su pareja.
Aunque hasta ayer, el
médico legista, no se había pronunciado respecto a la gravedad de la golpiza,
porque para ello la víctima tiene que pasarse una placa radiológica, se puede
presumir sin embargo que ella presenta una delicada fractura en el tabique
nasal, indicó su hijo Juan Pachas Vargas.
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