viernes, 20 de abril de 2012


Preocupa el avance delincuencial
Por: Oscar Velit Bailetti.- Especialista en Seguridad Ciudadana.

Quien tenga la paciencia de leerme se dará cuenta de que me preocupan todos los temas  que se relacionan con la política  actual en lo que respecta a seguridad ciudadana. Siento extenderme demasiado en cada reflexión porque sé que rechaza a la mayoría de posibles lectores, pero es el precio a pagar cuando no te limitas a la crítica facilona. Gracias a quienes tengan la paciencia de leerme.
Observo que somos bastantes los que estamos preocupados por el avance delincuencial, o también, cuestionando determinadas actitudes, consignas y situaciones que, poco o nada se hace por detenerlo.  Los que tenemos suficiente edad y memoria, no podemos evitar echar la vista atrás y recordar cómo vivíamos hace solo 30 años, y hacer una comparación sobre como vivimos hoy. Y la verdad es que, en este caso concreto, la comparación no es odiosa. Es casi para echarse a temblar. Cuánto riesgo de robos estamos dispuestos a seguir aceptando.
La gente en la actualidad tiene una intuición natural ante el peligro, esto lo hacemos todos los días cuando decidimos cerrar nuestras ventanas y nuestras puertas de la casa con doble llave, el que cuenta con un auto antes de bajar asegura todas las puertas y vidrios y el más precavido le saca la radio, porque hay delincuentes que rompen los vidrios para sustraerlo.
Tomamos estas decisiones una y otra vez, muchas veces al día, a menudo ni siquiera nos damos cuenta como parte de mantenernos vivos y seguros, todos lo hacemos. Todas las especies lo hacen.
Imaginemos un conejo en el campo comiendo pasto. Y el conejo repentinamente divisa un zorro que lo esta asechando. Ese conejo tomara una decisión  para su seguridad ¿Debo quedarme, o debo huir?
Se preguntará: Y si lo piensan los conejos que toman la decisión apropiada tienden a vivir y reproducirse, y los conejos que no lo hacen bien son comidos o se mueren de hambre.
Entonces debemos reconocer que nosotros como persona humana y pensante, ustedes, yo, todos nosotros seriamos muy buenos para elegir una cosa en vez de otra, exigir de nuestras autoridades una lucha frontal contra la delincuencia. Y sin embargo observamos que una y otra vez somos irremediablemente malos para exigir y cuidar nuestra seguridad. Y creo que eso es una pregunta fundamentalmente interesante.
En el colegio ya no se exige el aprendizaje y practica de los valores y del respeto por los demás.
Volviendo a cómo eran antes las cosas. Nuestros padres eran, eso, Padres, no  "amigos" ni "colegas".  Los profesores eran Maestros y con todos sus fallos y defectos, veían su autoridad respaldada por los padres. Hoy se considera habitual que el padre o la madre, le monte un escándalo e incluso, agreda al maestro delante de los niños porque le han puesto malas notas o le han alzado la voz. Porque lo que es tocarlos es que ni se les pasa por la imaginación ya que saben que se verían en un Juzgado.
La Policía era respetada, e incluso temida por aquellos que tenían motivos para temerla. Hoy vemos como les escupen literalmente, los insultan y hasta los agreden y como al policía se le ocurra atacar aunque solo sea para defenderse, le cae el cielo encima.
La Policía si hace un operativo en Pueblo Nuevo como ejemplo tiene que ir escondida con pasamontañas por miedo a que les reconozcan, mientras los delincuentes, asesinos incluidos, se pasean a cara descubierta y con toda la conchudez del mundo.
Yo al menos, no  soy capaz de recordar una época en  la que se haya instalado el mundo al revés como vemos ahora. En el colegio José Pardo fui Brigadier General condecorado con la medalla dorada en Instrucción Premilitar a nivel Nacional como el mejor. Hasta donde soy capaz de recordar, había una disciplina única que todos cumplíamos sin quejarnos ante nuestros padres. En la formación, en los desfiles a la hora de ingreso todos lo hacían correctamente uniformados, zapatos bien lustrados y corte de cabello militar, me respetaban y acataban mis ordenes. (Perdonen que me ponga de ejemplo) incluso los mayores y los mas “juguetones o bravos” hoy mal llamados “hiperactivos” tenían aunque solo fuese un atisbo de pudor para "guardar las formas". Hoy no.
Antes podíamos fumar sin ser asimilados poco menos que a delincuentes o vagos. Ser incapaz de expresarse correctamente, o cometer innumerables faltas de ortografía era un deshonor. Hoy es señal de "modernismo". Los hombres éramos hombres y las mujeres eran mujeres, ni más ni menos. Ahora somos "género". Hasta hace muy poco era impensable no ceder el asiento en   el autobús a un anciano o a una embarazada. Hoy es normal y habitual es ver jóvenes cómodamente sentados y con sus auriculares puestos y ni remotamente se les ocurre ceder "su" asiento a nadie.
¿De verdad esto es el "Progreso"? Por esto también avanza la delincuencia.
Edición jueves 19

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