Por: Víctor Campos Ñique.
José Luis Almeyda Tasayco es un personaje
multifacético en la escena local chinchana: es docente, periodista, escritor,
poeta, gestor cultural, fundó el grupo que organiza la Feria del Libro de
Chincha. Toda su labor la orienta a poner de relieve y difundir los diversos
aspectos relacionados con su tierra añorada.
“Semblanzas” es el título que dirige y que lo
transmite por redes sociales y en donde da a conocer personajes que marcan
historia en la provincia de Chincha, festividades tradicionales, folclóricas,
religiosas, entre otras.
Su acendrado propósito de “chinchanizar” el contenido
que desarrolla en su labor periodística y de gestión cultural, también lo ha
trasladado a su literatura, toda vez que libros como “Vocabulario y leyendas de
mi pueblo”, “Chincha, a-quellos tiempos” o “Este cholito huele carapulcra” son
una clara y diáfana muestra de aquel admirable empeño.
Almeyda Tasayco acaba de publicar una interesante antología
titulada “Cuando canta el pichiu”, libro que reúne sus mejores cuentos y que
todos ellos aluden a animales que conviven con personajes tan reales como entrañables.
Entre estos animales encontramos perros, gatos,
gallinas y, desde luego, aves como el chiclìn, las tórtolas y no podía faltar
la razón de ser del ave que confiere génesis al título: el pichiu.
En Chincha, y en especial, en la zona rural, el pichiu
es un ave muy conocida y famosa entre los pobladores que viven en la parte
bucólica de la provincia y se dice que es un pájaro malagüero, que presagia
alguna desgracia o circunstan- cia adversa.
Curiosamente hay una frase chinchanìsima que reza:
“De pichiu a pichiu”, aplicándose a
casos como el siguiente, “Trabajar de pichiu a pichiu”, es decir laborar desde
el amanecer hasta el atardecer.
El ingenio y
la creatividad del poblador chinchano le sacó la vuelta a la creencia primigenia
y Almeyda Tasayco le adjudica el nivel literario que merece un ave propia de la
campiña de nuestra ciudad.
Mención aparte vale la pena señalar el cuento que
lleva por título “El chànguano”, planta popular entre los hombres de campo y
cuyo fruto es usufructo para niños y adultos: se podía utilizar como pegamento
o también era empleado como alimento, en particular para los pavos, incluso los
rezadores sacaban provecho del brote de sus hojas para preparar los brebajes
para los usuarios.
José Luis Almeyda Tasayco imprime en su florilegio aromas
de chinchanidad para deleite de una panoplia de lectores que va desde niños,
jóvenes, adultos hasta personas de la tercera edad, además de ser incluido en
el Plan Lector de diferentes centros educativos de nuestra querida provincia de
Chincha.
“Cuando canta el pichiu” se constituye en una joya
literaria en el mapa bibliográfico chinchano, por su aporte de identidad a la
chinchanidad.
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