miércoles, 20 de noviembre de 2024

Por siempre Ica

Por: Víctor Campos Ñique

Siempre me han interesado los libros sobre personajes sean estos de la historia universal, peruana y más si estos giran sobre personalidades de nuestra Región de Ica.

El abogado y gestor cultural Víctor Eduardo Pacheco Villar, nieto del gran artista iqueño Víctor Pacheco Cabezudo, ha publicado recientemente un libro entrañable y de antología.

Se trata de una selección de artículos que el autor fue publicando en diversos medios de comunicación del ámbito regional y que consideró reunirlos en un solo bloque para mantenerlos en el tiempo y creemos que ha sido una muy buena idea, en la medida de salvaguardar este tipo de textos y testimonios.

Pacheco Villar, de forma amena, nos confiere pinceladas de las biografías de diferentes personajes, entre los cuales se encuentran figuras trascendentales de la cultura iqueña como: José Matías Manzanilla Barrientos, Juan José Salas, José Sebastián Barranca Lovera, Alberto Casavilca Curaca, Alberto Rossel Castro, Juan Donaire Vizarreta, Sèrvulo Gutiérrez o el gran y enorme, Abraham Valdelomar. Y, también, su propio abuelo, Don Víctor Pacheco Cabezudo. Debo acotar que nuestros abuelos, es decir, el de mi tocayo, el autor del libro y el mío fueron amigos. El insigne artista plástico, Víctor Mauricio Pacheco Cabezudo trabó relación amical con mi abuelo, Ramiro Aurelio Ñique Espíritu, quien fue el primer Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad “San Luis Gonzaga” de Ica.

Un dato interesante que se consigna en el libro es que Don Víctor Pacheco Cabezudo escribió lo que sería la primera biografía en la Región de Ica sobre Valdelomar, pero más información significativa en esta publicación.

Pero hay otros personajes menos famosos que los citados anteriormente y cuyo aporte es muy significativo y ahí tenemos, por ejemplo, a Felipe Amadeo Camacho Ramos, Víctor Almora Campos, Olga Argumedo Medrano, Enrique Muñante Román, Oscar Paukas Beramendi, Miguel Àngel Aybar, Humberto Uchuya Carrasco, Cecilia Varela Suárez, entre otros.

Tengo el honor de conocer a varios de estos últimos o de haber alternado con otros como la reconocida artista plástica y un orgullo para Nasca y toda la Región de Ica, Cecilia Varela o Oscar Paukas, también a Aybar. Una mención especial merece el maestro Humberto Uchuya Carrasco, ilustre abogado y quien fuera Decano del Colegio de Abogados de Ica, además de amigo de mi querido primo, el jurista peruano, Dr. José Antonio Ñique de la Puente, ex Decano del Colegio de Abogados de Lima y también ex Decano de la Facultad de Derecho de la UNMSM.

Un aspecto que no puede ni debe pasar inadvertido son las fotos que trae o acompañan el libro y que muchas de ellas son parte del archivo personal del autor. Creo que es un valor agregado muy importante y que se agradece por ser un complemento perfecto a la información que se lee en el contenido.

Es sabido que el autor es un reconocido bibliófilo de nuestra Región de Ica y que a pesar de que su babilónica biblioteca, hace algunos meses sufrió un incendio y donde se perdieron verdaderas joyas bibliográficas, esto no fue óbice para seguir con su pasión de siempre: los libros. Toda una fatalidad, pero felizmente se hizo posible una campaña de donación de libros para reconstruir en algo este importante espacio para la cultura. Pero esta campaña no fue flor de un día, continúa. Si usted desea colaborar con esta noble campaña, puede ubicar al autor en el Facebook como Víctor Eduardo Pacheco Villar.

Y aprovecha para adquirir el libro que, por cierto, está sumamente atractivo para darnos una gozosa lectura y, de paso, aprendemos un poco más en materia de personajes nuestros. “Primero lo nuestro, después el resto” reza una frase. Este libro nos invita a ello, nos convoca a acercarnos a la vida de personas que amaron su tierra y dieron todo por ella.

El título del libro, en mi opinión, está muy bien puesto, toda vez que si uno lee los textos terminar por llevar siempre a Ica en el corazón.

Espero que mi amistad con mi querido y apreciado amigo, Víctor Eduardo Pacheco Villar y este libro perdure  POR SIEMPRE.

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