Por: Raúl SoteloLévano
Un presidente de la República que pretenda viajar a
un país vecino en uso de sus atribuciones oficiales, deberá ser autorizado por
el pleno del Congreso; de lo contrario se quedara con los rulos puestos
refunfuñando como toro enfurecido.
Sin embargo, diez parlamentarios, siete mujeres y
tres varones, cuyos nombres omito porque me da vómito, sin autorización de la
Mesa Directiva del Congreso y desatendiendo a sus regiones en plena semana de
representación; tomaron sus maletas y abordaron el avión con rumbo a Rusia en
asientos de primera clase.
Estos holgazanes que prácticamente han huido
descuidando sus deberes congresales, ¿recibirán alguna sanción? Definitivamente
no, porque sus colegas son iguales o peores de sinvergüenzas.
En Lima, un 82 por ciento de la población los
rechaza, y en provincias un 90 por ciento. O sea prácticamente NO SON NADA.
0 comentarios:
Publicar un comentario