Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Existen miles de
canciones de música popular que sin temor revelan un machismo desmedido. Esta
semana la cantante colombiana de 45
años, Shakira, lanzó su más reciente canción en colaboración con el argentino
BIZARAP. Un tema sin nombre propio. Etiquetado solo como BZRP Music Sesión #53
y los infiernos ardieron. Un dato impresionante, en solo una hora el video del
tema tenía más de tres millones de visualizaciones. Al día de hoy que escribo
esta columna, (tres días después de su lanzamiento) cuenta con más de 76
millones de visualizaciones. Escuchamos en ella a una mujer desnudar su dolor
de forma directa y sin tapujos.
Con sinceridad
les digo que no estaba en mis planes hablar de este tema esta semana, ya había
escrito otra cosa, pero no puedo dejar
pasar el fenómeno social que hemos presenciado. Esto no es cuestión de chisme,
no. No podemos quedarnos en un plano tan simplista. Realmente esto como dije
ya, es un fenómeno social. Que replicó y abanderó a miles. Porque el hartazgo
ha sido bastante y aunque el debate se ha desencadenado, la realidad se resume
en que, la mayoría se ha espejeado en la barranquillera, quien vivió tremenda
traición por el padre de sus hijos Gerard Piqué, quien la dejó por una
chiquilla de 22 años, con la que acaba de celebrar su primer aniversario de
relación. Lo chistoso es que hace apenas seis meses se separó de Shakira. Como parte de la cultura pop esto se ha
desatado, porque ha estado al alcance de todos, pero no es la primera mujer que
getiona su amor a traves del arte,
Podemos encontrar en obras literarias por ejemplo como: “Los días del
abandono” de Elena Ferrante, “Rota” de Lorena Pronsky o “Rara” de Natalia Zito,
que también son proclamos de catarsis.
Pero como lo de
Shaki, gracias a los medios y las redes pudo llegar a todos en tiempo record
obvio que el poder patriarcal se desató. Pues sabemos que vive en millones de
cabezas (lamentablemente muchas son féminas, que no acaban de poder quebrar el
cascarón del machismo en el que fueron educadas) y han querido empañar el
fenómeno, tachando a la Barranquillera como una mujer “ardida y despechada”
haciendo compañía y ayudando en la campaña de desprestigio a todos las personas
de sexo masculino que tampoco, logran entender nada sobre equidad, sororidad,
responsabilidad emocional, etc. Este fenómeno se da simplemente por el hecho de
que no siempre es una mujer la que levanta la voz con esa fuerza y al ser
recibido socialmente, quebranta los usos y costumbres. La crisis se presenta al
incomodar a muchos que no saben qué hacer ni que pensar o hasta sentir con un
hecho al que no están acostumbrados y por lo tanto no saben cómo manejarlo.
Nadie es
perfecto y ya alguna vez comenté de la co dependencia de la Colombiana ha
dejado ver en sus relaciones de pareja. Pero hoy también hay que resaltar la
inteligencia y resilencia que esta mujer ha demostrado, una mujer, que está
bajo los proyectores pero que encarna a miles que hemos estado en sus huesos
alguna vez y que no hemos tenido del todo la oportunidad, como ella, de poner
en su lugar y darle la “tunda” social que muchos hombres irresponsables,
inmaduros, infieles, tóxicos y sin un gramo de consciencia merecen. Y es que
todos señalan a la cantante diciendo que no ha pensado en sus hijos al exponer
todos los trapitos al sol de su desenlace matrimonial. Pero nadie refutó cuando
el ex-futbolista del Barca Gerard Piqué se paseó y dejó fotografiar con su nueva
pareja a días de que todos nos enteráramos de que se había separado de Shakira,
yo me pregunto: ¿eso no es una humillación pública? O es que, cuando las
humillaciones las hace un hombre, nosotras siempre debemos quedarnos calladitas
y en plan de abnegadas mujeres sufridas, que el patriarcado nos ha hecho creer
que entre más suframos en silencio, más aguantemos y más carguemos con todo el
problema, más excelsas nos volvemos, claro, eso es muy conveniente y muchas lo
han creído. Basta ya quedaron atrás los tiempos del fariseísmo (citando a la
periodista colombiana Erika Fontalvo, quien también ha hablado del tema), donde
escondidos en la mojigatería nos encanta aventar piedras, dándonos golpes de
pecho de perfección con autoridad moral o superioridad intelectual, para dictar
decálogos de lo que debe o no debe hacer una mujer ante una traición en la que
el que era su “pareja”, el padre de sus hijos, el hombre con el que dormía, no
tuvo ninguna compasión ni piedad con ella y la dejo sin reparo para irse a “sentir
bien” con alguien que lo complacía más.
Porque eso es lo
que hacen la mayoría de los hombres y mujeres infieles, buscar la compañía que
los hace sentir mejor. Y ahí aplaudo y ovaciono la estrofa de la canción donde
Shaki señala de forma textual: “A ti te quede grande por eso están con una
igualita que tú”. Y es que es un hecho que se repite y se repite y se repite en
todos estos casos. Los que cambian, es por algo que les venga a su medida, y
como sabemos que el que engaña y traiciona tiene un nivel muy bajo, pues obvio,
quien los consuele tiene que tener un nivel similar.
Shakira es una
artista que siempre ha gestionado sus sentimientos a través de la música, lo
que hizo no es de sorprender solo que esta vez de paso, puso en su lugar a un
par de farsantes que se creyeron muy listos y ganadores. Shakira tiene derecho
a expresar su dolor como le plazca. Una mujer sin escrúpulos que no le puso
freno a las intenciones y propuestas de un hombre infiel que tampoco tuvo
reparo de detenerse a pensar en la relación que mantenía ni quiso brindarle el
respeto a la mujer con quien desde hace 12 años dormía y compartía techo, dos
que ahora quieren hacer como que no pasó gran cosa y que … la vida sigue y sí,
la vida sigue solo que ahora tendrán que escuchar la canción a cada paso que
den y como ya les compuso Shaki: mastiquen, traguen, traguen mastiquen…
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