Un cordón umbilical que nunca se corta
Por: Alfredo Pachas
Todos los 12 de octubre de
cada año los chinchanos somos testigos de un hecho. - quizás sin precedentes. -
memorable, el aniversario del colegio más emblemático de la provincia, el
J.P.B. Resulta envidiable ver a sus estudiantes “desfilar” con algarabía en el
aniversario de su institución, sobre todo a sus exalumnos que incluso, estando
lejos se las ingenian para estar presentes en su día central, más aún si se
trata de “promociones” que celebran sus bodas de plata o bodas de oro.
Los que “pintamos canas” o
pasamos la “base 6 “lo vivimos y lo sentimos, es como si nuestra primera
juventud volviera a renacer y aquella frase “Juventud a la gloria”. - que nunca
se olvida. - se empozará en nuestras mentes. Ese orgullo en el cual se cimenta
el sentimiento pardino, son emociones de amor que ningún pardino puede negar ni
mucho menos cuestionar, pues lo llevamos en nuestros corazones. Nadie puede
desmentir que la palabra “pardo”. - cuyo nombre se repite aquí y en todo el
mundo. - suena como un eco en nuestros pensamientos y el estribillo “Juventud a
la gloria” retumba en nuestros corazones. Esa pasión que sentimos por nuestra
aula mater jamás será olvidada porque todo lo que somos, lo que tenemos, lo que
sabemos se lo debemos al paso por sus aulas, el amor que le confesamos. - que
lo sepa todo el mundo. - es un vínculo irrompible o un cordón umbilical que
jamás será cortado, su nombre nunca olvidaremos porque siempre será nuestro
alcázar del saber.
Mis felicitaciones a todos
los integrantes de la promoción 1072 “Bodas de Oro” del cual formo parte y un
abrazo. Ojalá que el divino nos dé
muchos años más de vida, volvernos a encontrar y ver mañana un nuevo país. Que
estas pupilas cansadas por el tiempo de tanto sufrimiento puedan ver una luz de
esperanza y que nuestro Perú sea la arcadia soñada.
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