A través del proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai (Vamos a
crecer), usuarios producen y venden fertilizantes a pequeños y medianos
agricultores
El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social
(Midis) promueve la producción de abono orgánico y el sembrado de granos,
tubérculos, hortalizas y frutales en casa. A través del proyecto Haku Wiñay/Noa
Jayatai (Vamos a crecer) del programa Foncodes, esta práctica se impulsa en más
de 141 000 familias de las zonas rurales.
Los encargados de brindar asistencia técnica,
conocidos como yachachiq (maestros del campo), enseñan a producir fertilizantes
orgánicos, como el compost, biol y humus que son utilizados en la agricultura
familiar por los pequeños y medianos agricultores. El Midis, a través del proyecto Haku
Wiñay/Noa Jayatai, ha puesto en marcha emprendimientos rurales inclusivos dedicados
a la producción y venta de abonos orgánicos en 22 regiones, entre ellos,
Ayacucho, Cajamarca, Amazonas, Lambayeque, Ica, Iquitos, Junín, Lima, Moquegua,
Piura, Puno y Tacna.
El biol es un abono preparado con estiércol fresco y
otros ingredientes orgánicos que son fermentados en recipientes herméticamente
cerrados. Se aplica al follaje (hojas y tallos), estimulando el crecimiento de
las plantas y permite la protección contra algunas plagas y enfermedades. En
tanto, el humus de lombriz es un fertilizante natural de gran calidad nutritiva
que se genera a partir del estiércol de las lombrices, aporta nitrógeno,
fósforo y potasio.
El compost
podemos generarlo utilizando la cáscara de vegetales y frutas consumidas en la
casa, hojas (verdes y secas) y guano de corral. El siguiente paso de la
preparación es mezclar en una batea, utilizando trinches u otras herramientas
que se dispone en casa, los insumos antes indicados, re-volviéndolo cada cierto
tiempo.
El sembrado se puede realizar en pequeñas áreas como
el pequeño jardín, macetas o baldes, el regado debe ser una vez cada semana. Se
recomienda experimentar con semillas de apio, perejil, culantro, rabanito, espinaca,
zanahoria, nabo y hierbas aromáticas. La implementación de los biohuertos o
maceteros son beneficiosos para el consumo de productos orgánicos, pues reduce
los costos de la canasta familiar. También puede generar ingresos económicos
tras la venta de los productos y estimula positivamente a las personas,
especialmente a los adultos mayores y a las nuevas generaciones que tomarán
conciencia del cuidado del medioambiente.
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