Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Pero el presidente de Rusia, tiene su propia versión
de los hechos, y es normal, todos construímos nuestras realidad como nos
conviene. Se las cuento:
Fíjese, desde 2014, fuerzas ucranianas de tintes
neonazis, de origen golpista, asesinan a diario a población de ascendencia rusa
en el Donbass, el mundo occidental, la ONU y los medios tradicionales se
hicieron de oídos sordos y ojos ciegos durante ocho años, obvio, eso cansa.
Rusía en su momento pidió garantías jurídicas, pero
nadie hizo caso. Después La OTAN, EEUU y la Unión Europea, financian
impunemente a Ucrania, y la ONU calladita sin decir nada. Rusia pide que
Ucrania se comprometa con el respeto a los acuerdos de Minsk 1 y 2, y que deje
de agredir a los rusos de Donbass; Ucrania lo ignora y Francia y Alemania
guardan silencio, luego también pide que la OTAN no se extienda hacia sus
fronteras, y que no adhieran a Ucrania ni a Georgia. Europa responde que están
en todo su derecho de hacer lo que les venga en gana. No responden a las
garantías jurídicas que Rusia acordó con EEUU a inicios de los 90.
EEUU, mientras tanto
se dedicó a envíar más de 300 toneladas de armas largas a Ucrania y
miles de millones de dólares a las fuerzas armadas ucranianas y amenaza
constantemente a Rusia con sanciones.
En 2020 y 2021, se aprobó en la ONU una resolución
que condena el nazismo, el neonazismo y el fascismo en todas sus formas. EEUU y
Ucrania votaron en contra. Casi toda Europa se abstuvo. La ONU guardó silencio,
según él.
Hoy que el vaso se le derramó, todos lo señalan. Pero
todo lo que lo que acabó de narrar es lo que Vladimir, en su narrativa propia
vivió, y lo que lo respalda para ejecutar los hechos que hemos visto en los
últimos días.
Obvio el presidente Ucraniano, Volodímir Zelenski, y
el resto de naciones, tienen otra perspectiva, y es que es normal, cada quien
ve las cosas desde su punto de vista, todos tenemos diferentes historias de lo
que sucede y en base a ellas actuamos.
El problema viene, cuando no logramos ponernos de
acuerdo, cuando nos cerramos a nuestros dichos, y no queremos dialogar ni
buscar entender al prójimo.
Algunos dicen que Putín se cansó de no ser escuchado,
otros solicitan que se escarbe bien en la información para saber por completo
lo sucedido y de ahí tomar posiciones, lo malo es que entre que son peras o
manzanas, ya el conflicto se desencadenó horas despues del temino de los juegos
olimpicos de invierno, eso sí para no echar a perder la fiesta deportiva.
Por desgracia el humano no sabe entablar otras formas
de solución más que la imposición de fuerza y poderío, cuando se trata de
hablar y no es escuchado. Los límites se rebasan, y se pierde el control.
Cuando se busca lograr una comunicación efectiva es
indispesable que se consiga retroalimentación que construya, que señale que
recibe los mensajes enviados y que al procesarlos puede aportar en la
edificación de “bienes sociales” (de cualquier tipo, no solo materiales), de
acuerdos. En política, muchas veces se contruyen paredes de acero. Y eso es lo
que antecede a un conflicto bélico, alguien que no escucha y que solo impone.
Es así de sencillo. Vladimir y Volodímir necesitan sentarse a platicar con
oídos sanos, con ganas reales de entendimiento.
Deseamos todos, que acabe pronto. Hay mucha gente
indefenza que no merece pasar por ello.
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
Sígame en mis redes: Facebook: Claudia Viveros Lorenzo
Twitter: @clauss77 Linkendl: Claudia Viveros Lorenzo.
0 comentarios:
Publicar un comentario