Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Sin querer, queriendo, como decía
el Chavo del Ocho, las boxeadoras Brianda Tamara y Esmeralda Falcón,
integrantes del equipo de boxeo que representó a México en los Juegos Olímpicos
de Tokio 2020, compartieron al mundo a través de sus redes, la foto probatoria
de que integrantes del equipo de Softbol Femenil, habían tirado a la basura sus
uniformes. Obvio esto causó revuelo y los comentarios hirvieron, generando
memes de todo tipo, pues no fue la mejor demostración de amor a su país, a su
Patria y a su comité deportivo.
Y sí, si sé que la Federación
Mexicana del Deporte deja mucho que desear, y que los deportistas muchas veces
llegan a ese tipo de eventos por voluntad y sacrificio propio en todas las
dimensiones. Y que hemos sido testigos de muchos atletas que incluso han
desertado a otros países, donde están llevando medallas, pues en nuestro
territorio no encontraron el soporte.
No hay forma de debatir que se ha
quedado muy corto el apoyo. Pero tirar los uniformes olímpicos de tu país al
bote de basura no creo que sea por resentimiento y coraje por el poco respaldo
obtenido para lograr mejores representaciones.
Cuando me enteré de la noticia, de
pronto se me vino a la mente, esos patios de escuela, los lunes muy temprano,
cuando se realizan los desangelados actos cívicos, en las instituciones
educativas, donde participan niños que son como robots y que recitan juramentos
a la bandera y resoplan el Himno Nacional Mexicano de mala gana o incluso hasta
(por desgracia) vergüenza. Es más casi ni se lo saben. Se me pone la carne
chinita cuando lo escribo, pero es una realidad. Triste, pero realidad. Porque
cada vez estamos alejando más y más a las nuevas generaciones de sentir ese
orgullo de lo que somos.
Los actos cívicos e inculcar el
amor a la patria, deben ser pilares fundamentales de la cultura que como
mexicanos debemos tener. Si hay algo que siempre les reconozco a los gringos es
ese tremendo orgullo patriótico que demuestran. No hay seres en este planeta
que bramen más su nacionalidad que ellos. Y no ha sido gratuito. Es toda una
labor que el Estado lleva a cabo desde los primeros años de vida en los
integrantes de su pueblo, para que a través de ese sentido de pertenencia a su
nación, sus ciudadanos siempre estén dispuestos a defender, por sobre cualquier
adversidad a su País.
Estas deportistas lo que nos
demostraron al tirar unos uniformes que portaban los colores de su bandera, nos
demostraron la ligereza y el poco entendimiento, orgullo y amor que tienen por
México. Ya estaban ahí. Cuántos sueñan con esa oportunidad, cuántos entienden
que llegar a unos juegos olímpicos no es solo por perseguir un triunfo a través
de una medalla a nivel personal, sino que están haciendo vibrar a miles cuando
se logra escuchar el Himno Nacional en una latitud tan lejana.
Somos mexicanos y debemos sentirnos orgullosos, de eso sea cual sea la circunstancia.
Comentarios:
draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
Sígame en mis redes:
Facebook: Claudia Viveros Lorenzo
Twitter: @clauss77
0 comentarios:
Publicar un comentario