jueves, 27 de mayo de 2021

La peruanidad de Alberto Benavides Gannoza

 Por:    Víctor Manuel Campos Ñique. 

El presente artículo tiene como origen el siguiente suceso: suelo pasar la noche de año nuevo y mi cumpleaños, que es el 3 de enero, en el fundo orgánico “Samaca” de mi amigo y maestro, el filósofo, poeta, escritor, promotor cultural y agricultor Alberto Benavides Ganoza.

Llegado la fecha del 3 de enero, el maestro me dio como regalo un tremendo libro, no sólo por la cantidad de páginas, sino por también por la importancia de su contenido. Era el “Diccionario de Peruanismos”, el llamado “DiPerú” de don Julio Calvo Pérez, eminente filólogo y quien fue el Director Técnico de dicha publicación y que con un equipo de lujo concretaron el proyecto que impulsaron la Compañía de Minas “Buenaventura” y la Academia Peruana de la Lengua. Fue el amauta Alberto Benavides de la Quintana quien apostó por esta excelente iniciativa siendo miembro de la docta corporación.

El regalo me sorprendió y debo confesar que Alberto al momento de obsequiármelo me dijo que me sería de mucha utilidad. Y en efecto, así fue y lo es porque como docente recurro permanentemente al libro.

Esta anécdota y el título del libro grafica muy bien para mí la peruanidad de Alberto Benavides Ganoza por varias razones: el fondo editorial de la Biblioteca “Abraham Valdelomar” de Huacachina de Ica ha publicado títulos importantísimos para la ciudad de Ica propiamente y también para las provincias de la región. En el fundo cría lindas llamitas, animales que siempre lo cautivan. Los cuartos o habitaciones están construidos con material a la usanza de la Ica antigua y de otros pueblos, hechos con barro, quincha y horcones de huarango. Y por si fuera poco existe un museo o lugar que alberga piezas arqueológicas encontradas en las huacas ubicadas en el propio fundo. Esto último me parece significativo resaltarlo porque mientras hay empresas que se instalan en lugares con zonas históricas y donde hay patrimonio arqueológico y simplemente estas lo destruyen sin mayor consideración, Alberto no sólo respeta el lugar o espacio sino que también rescata y lo pone al servicio de la comunidad.

 En Samaca también se fomenta un arte en especial: la puchka, el arte del hilado y del tejido de los antiguos peruanos y donde se han hecho hermosas y artísticas prendas de las manos de Juan y Twilfrén  Bonilla Araujo, quienes a su vez conforman el grupo musical “Purumpa”, otro detallazo y genial propuesta de nuestro estimado y admirado Alberto Benavides Ganoza.

“Purumpa” ha musicalizado poemas de Valdelomar y otros poetas trascendentes y del propio Alberto.

Pero también apoya los talleres de puchka que desarrolla la Asociación de Niños y Jóvenes Ambientalistas “Gotitas de Miel” que dirige María Cecilia Almeyda Magallanes en Chincha. El taller es impartido en colegios, centros comunales y otras instituciones de índole social.

 

En sus conferencias siempre tiene presente a nuestro país citando lugares o personajes peruanísimos como Manuel González Prada, José María Arguedas o Abraham Valdelomar, entre muchos otros.

Su apuesta por el campo antes que la ciudad como factor del desarrollo es interesante analizarlo, toda vez que su cotidianidad es un vivo testimonio de aquella perspectiva.

Uno de sus libros titulado “Alto espionaje” es bilingüe, quechua – español, él mismo habla quechua.

Muchos jóvenes nos hemos formado gracias a sus enseñanzas, a lecturas recomendadas, a su generosa y lúcida amistad, entre ellos están: César Panduro Astorga, Navale Quiroz Cano, Andrea Castillo, Hemut Jerí Pabón, Víctor Salazar Yerén y tantos más.

La peruanidad de Alberto Benavides Ganoza inspira y motiva e impulsan a construir una sociedad más propia, con genuina identidad, con sólidas banderas de respeto, tolerancia e integración y el cultivo de un espíritu verdaderamente abierto a todo aquello que constituya y nos lleve a lo radical, palabra en su sentido etimológico, es decir, a las raíces, a los orígenes.

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