lunes, 22 de febrero de 2021

VANIDADES: ¡VENERANDO A KENYON…!

 


   Por: Alfredo Pachas.

Si pensábamos que este congreso fulastrero - con excepción de algunos pocos parlamentarios.-  había moderado sus sandeces .- lo último que se recuerda, un congresista  dirigiéndose una carta a sí mismo y de otro  “mentándole la madre” a un ex presidente de  la república .- ahora , hace pocos días en el súmmum de la vanidad aparece un congresista huancavelicano, Kenyon Durand, fantasioso él, que creyéndose .-como los incas ,reyes o un Dios .- tener sangre real  o sempiterno y exhibiendo su guirnalda se deja llevar en andas por una mesnada que le rinde pleitesía.

No cabe duda que el poder envilece, obnubila y, al igual que la vieja política nacional se resiste a perder sus gollerías, de lo contrario no se explica ese poder soberbio del que hacen gala ciertas autoridades políticas.

Años atrás un destacado analista político narró que cuando desempeñaba un alto cargo gubernamental, 3 presidentes regionales (En ese tiempo existían las presidencias regionales, lo que ahora se llama gobernadores regionales) le preguntaron: Uno de ellos haciendo gala de su behetría, le inquirió si podía

 nombrar a su edecán; otro desvanecido y en su máximo frenesí le consultó, si podía llevar su banda presidencial y, un tercero.- en el colmo de la irrisión.- quiso averiguar si su esposa debería ser designada “primera dama regional“.

Cuánta razón tenía un agudo lector (Revista Somos N°. 1759) cuando contaba en modo chascarrillo …. “Una vaca le dice al burro, me voy a la india porque allá las vacas somos sagradas. Yo me voy al Perú. - le dice el burro. - porque allá los burros somos congresistas...”.

Todos estos “súper” políticos que les encanta mostrar sus limitaciones o exhibir su lacería intelectual deberían conocer. - al menos. - la famosa frase ¡MEMENTO MORI!  y no caer en la soberbia y sus ansias de poder que le hacen creerse superdotados.

Si supieran que en la antigua Roma cuando los generales después de una victoria desfilaban por el ágora con ínfulas de grandeza, detrás suyo venía un siervo que le “respiraba en la nuca “y le iba repitiendo en voz baja ¡MEMENTO MORI!  (Recuerda que eres mortal); tal vez así evitaríamos estas escenas horteradas llena de fatuidades.

 

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